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ReL) A pesar de que todavía no se conocen todos los detalles de la ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, conocida como "Ley para una Muerte Digna", que piensa llevar adelante el gobierno de la Junta de Andalucía, el jesuita español
Juan Masiá ha mostrado su entusiasmo por la misma desde
su blog en Religión Digital.
Masiá asegura que los todavía desconocidos en todos sus extremos contenidos de la ley "son perfectamente ortodoxos, tanto desde la ética laica como desde la teológica. En ese sentido escribíamos hace casi dos décadas, bajo la dirección del P.
Javier Gafo, los miembros del Seminario interdisciplinar de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas (
La eutanasia y el arte de morir, Madrid, 1990) y se ha vuelto a repetir y precisar en años posteriores (
Ser humano, persona y dignidad, id., 2005;
La limitación del esfuerzo terapéutico, id., 2006)". El padre
Masiá espera que la ley evite las confusiones y malentendidos que tienen lugar en casos como los de
Inmaculada Echeverría, quién pidió y consiguió que se le fuera retirado el respirador artificial que la mantenía con vida, para lo cual hubo de ser trasladada a un hospital del servicio público andaluz de salud, debido a la negativa a desconectarla por parte del centro de titularidad católica donde estaba ingresada. En aquellos momentos
Masiá escribió
otro artículo apoyando la decisión de Inmaculada. Precisamente la consejera de salud del gobierno andaluz mencionó el caso de
Echevarría en rueda de prensa. La consejera aseguró que la normativa intenta "salvaguardar la libertad y el respeto» a la voluntad de la persona por encima de otras consideraciones que pudiesen plantear las instituciones sanitarias, lo cual es un claro aviso a los médicos y hospitales que puedan oponerse a llevar a cabo acciones que, como la retirada de un respirador, provoquen directamente la muerte de sus pacientes.
Masiá va más allá y afirma que las mismas confusiones y malentendidos se dieron por "los falsos testimonios contra el Dr.
Montes, por razones más a menos veladas de ideología política o religiosa". El jesuita afirma que "instancias eclesiásticas y políticas, que aunaron sus fuerzas en el caso de las sedaciones en Leganés, confundiendo sedación con eutanasia, también cayeron en el equívoco de confundir, en el caso de
Inmaculada Echevarría, la limitación del esfuero terapéutico con la eutanasia".
Juan Masiá fue reconvenido públicamente por su propia orden religiosa mediante una
nota de la Oficina de Prensa del Provincial jesuita de España, el 20 de marzo de 2006. En la nota se aseguraba que
Masiá había emitido "juicios sobre la situación de la Iglesia española, valoraciones sobre personas, informaciones sobre hechos no ajustados a la realidad y opiniones acerca de diversos argumentos, especialmente ético-morales, que han causado sorpresa, cuando no confusión, en parte de la comunidad cristiana". El comunicado recordaba que "la Universidad Pontificia Comillas tomó la decisión de retirarle el cargo que le había confiado de la dirección de la Cátedra de Bioética" y añadía que " la Compañía de Jesús, con dolor, pero en coherencia con su responsabilidad de servicio a la Iglesia, cree necesario manifestar públicamente su desacuerdo con el contenido de tales opiniones y con las formas en que algunas de ellas han sido expuestas".