La reciente redada de cientos de miembros de la Mafia calabresa, la ´Ndrangheta, ha servido para recordar que su cúpula mantiene una reunión anual en septiembre en el Santuario de la Virgen de Polsi, lo que ha provocado la indignación del obispo de Locri-Gerace, bajo cuya jurisdicción se encuentra dicho lugar de peregrinación de la provincia de Reggio Calabria, en la «punta de la bota» italiana.

Que en ese lugar sagrado se decidan estrategias criminales era algo, señala el prelado, «que se creía parte del folklore del pasado»: «No han bastado estos últimos decenios de una mayor evangelización para iluminaros y convenceros de que es absurdo vincular la religión a vuestra actividad, que no podemos admitir ni como ciudadanos ni como hombres de fe», lamenta Giuseppe Fiorini Morosini dirigiéndose, en carta abierta, a los capos de la Mafia.

Tanto en el caso calabrés como en el siciliano es frecuente, y así ha pasado al imaginario popular y a las películas que han abordado el tema, que los mafiosos muestren una fachada ritual de intensa devoción. Y eso es lo que ha dejado en evidencia monseñor Morosini: «Aunque vuestro ritual, por la simbología que adopta y los lugares donde se celebra, está entremezclado con elementos de la religión cristiana, es exactamente lo opuesto de lo que anuncia el Evangelio de Jesús».

Y cita en particular la Virgen de la Montaña que se venera en el santuario profanado: «Polsi es un lugar religioso, que hunde sus raíces en una historia milenaria de fe. La Virgen de la Montaña sólo puede mirar con ojos benevolentes a quienes se esfuerzan por poner en práctica las palabras de su Hijo, Jesús».

«Nos amarga profundamente», explica el obispo, «que todo esto continúe sucediendo, y transformando el Santuario de un lugar de fe, en un lugar de ilegalidad», y que allí donde la gente busca «motivos para vivir... vuestros encuentros hablen de muerte».

«¿Por qué tenéis que humillar nuestra fe y nuestra religión?», les espeta don Giuseppe: «¿Cómo pensáis que la Virgen va a salir garante de la lealtad entre vosotros y de la fidelidad a cuanto pactáis, si sabéis que el contenido de lo que pactáis está contra la moral cristiana?»

Las palabras del obispo echando en cara la utilización fraudulenta de las tradiciones religiosas como cobertura de una organización criminal, figuran entre las más duras de un obispo contra la Mafia. Y concluyen con una invitación a la conversión: «Volveos con coraje a la Virgen de la Montaña, quien con corazón de madre os pide que hagáis todo lo que Jesús os ha enseñado. Volved a Polsi con la voluntad de encontrar realmente a la Virgen y de reencontrar la auténtica fe. La Iglesia siempre está dispuesta a acogeros con los brazos abiertos, porque cree, y es quizá la única institución en hacerlo, en la posibilidad de vuestra conversión».