Los misioneros llegan a los lugares más pobres y remotos, para anunciar el Evangelio y servir a los pobres. Una vez están allí, les puede pasar de todo. El sacerdote Gigi (Pier Luiggi) Maccalli pasó casi 3 años cautivo de un grupo yihadista en Malí. Ha contado su historia en su libro Cadenas de libertad, editado ahora en español por su congregación, la Sociedad de Misiones Africanas. Este sábado, en vísperas del Domund, ha recibido uno de los premios misioneros recién creados por Obras Misionales Pontificias (OMP) en España.
El padre Maccalli recogió el premio en Madrid “en nombre de la población de Bomoanga y Níger, a ellos se lo dedico e invito a todos a seguir orando por la paz en el mundo”. “Nuestras historias como rehenes del yihadismo han puesto el foco en una zona de África donde se viven muchas guerras olvidadas”, ha señalado.
Recuerda que pocos días antes de ser liberado, escuchó en una radio que el Papa había firmado la encíclica “Frateli Tutti” ("todos hermanos"). Sólo conocía de la encíclica esas dos palabras, pero le dijo al jefe yihadista que estaba pactando su liberación: “Que Dios nos dé a entender algún día que todos somos hermanos”. Maccali explica que aún reza por los que fueron sus secuestradores.
Su misión como misionero sigue siendo, dice, proclamar la fraternidad. “El Domund nos recuerda y nos compromete a un abrazo solidario con el mundo -nuestra casa común-, y en particular con los pobres”, apuntó el sacerdote italiano.
De izquierda a derecha: José Mª Calderón, de OMP; Ana Belén Roy, periodista y presentadora de los premios; el padre Maccalli; Ana Álvarez de Lara (también premiada); la hermana Gloria Cecilia Narváez; y el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, encargado de los temas de misiones en Conferencia Episcopal Española.
La otra receptora de este primer premio misionero creado por Obras Misionales es la hermana Gloria Cecilia Narváez, misionera colombiana en Malí secuestrada durante más de 50 semanas por yihadistas. Ella explicó con detalle a ReligionEnLibertad como se apoyó en la oración y en su espiritualidad franciscana bajo bombas y fugas (léalo aquí).
Al recibir el premio, detalló que su vocación misionera nació por la fe de su familia y su experiencia en un grupo de Infancia Misionera en su aldea colombiana. Pese a sus sufrimientos y cautiverio, aseguró: “Vale la pena llevar a Jesús a una mies cansada, que sufre, que espera conocer la misericordia de ese Dios que se hace hombre”.
Animó a los españoles a ser generosos en el día del Domund: “Gracias a Obras Misionales podemos dar el biberón a los niños de nuestro orfanato en Mali y podemos tener un comedor”, concretó.
Un premio para una misionera "en la retaguardia"
OMP también ha querido premiar a Ana Álvarez de Lara, expresidenta de Manos Unidas y Misión América. Desde "la retaguardia" ha apoyado las misiones y ha ayudado a que sena muy fecundas.
Ana Álvarez de Lara, la Hermana Gloria Cecilia Narváez y los premios OMP de 2022, con el cangrejo de la historia de San Francisco Javier.
“Me considero una misionera en la distancia, les ayudamos para que ellos puedan seguir haciendo su labor”, ha declarado. “No debemos dejar pasar la oportunidad de ayudar a los misioneros, necesitan el apoyo de la sociedad”, y por ello, exhortó a hacer lo que esté en nuestra mano. “Todo suma: nuestro tiempo, nuestra ayuda económica, nuestra oración”.
Los premios fueron entregados por Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones.
Doscientos años de la primera "obra misional pontificia"
El sacerdote José María Calderón, director de OMP España, recordó que se celebran 200 años de la primera de las obras misionales y 100 años desde que fueron asumidas por el Santo Padre como Obras Pontificias.
Por ello, OMP ha creado estos premios. El premio “Beata Pauline Jaricot” se entrega a misioneros como reconocimiento a su vida; es el que han recibido la Hermana Gloria Cecilia y el padre Maccalli.
El premio “Beato Paolo Manna” se entrega a personas o instituciones que hayan apoyado o dado a conocer la labor de los misioneros, y es el que se ha entregado a Ana Álvarez, tras años de apoyar a las misiones desde España.
El premio incluye una estatuilla que representa a un cangrejo que porta una cruz. Es una alusión a una conocida anécdota de San Francisco Javier, patrón de las misiones. Él lanzó su crucifijo desde una barca al mar para aplacar una tormenta. Al día siguiente, en la playa, un cangrejo sacó el crucifijo del mar con sus pinzas. Es una imagen que representa la confianza y tenacidad de los misioneros.
La entrega de premios tuvo lugar en el Invernadero del Palacio de Cristal de Arganzuela, cedido gratuitamente por el Ayuntamiento de Madrid. También desinteresada ha sido la participación de Ana Belén Roy, periodista de TVE, como presentadora del acto, y del violonchelista Pedro Alfaro y el pianista Carlos Criado. Además, OMP agradece la colaboración para estos premios de Banco Santander, MAPFRE, Gráficas Dehon, Colegio Arenales de Carabanchel y Musical Thinkers.
Este domingo 23 de octubre España y otros países celebran el Domund, Domingo Mundial de las Misiones, que anima a orar y apoyar con donativos a los miles de misioneros (sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos) que han viajado a países lejanos para evangelizar y servir en 1.117 territorios de misión. (Donativos online aquí).
En el vídeo, el acto completo de esta primera entrega de premios de Obras Misionales.