Un diplomático taiwanés, Ho Feng-shan, salvó a cientos de judíos en la Austria ocupada por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, informó este miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.
 
Ho, llamado «el Schindler chino», aplicó una política de ayuda a los judíos que había impulsado el entonces presidente del Parlamento, Sun Ke, y refrendada por el Generalísimo Chiang Kai-shek, agregó la diplomacia taiwanesa, informa Efe.
 
Documentos descubiertos por azar muestran que la República de China, nombre oficial de Taiwán, fue uno de los pocos países del mundo que ayudó a los judíos a escapar del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, señaló el director del Departamento de Asuntos del Asia Occidental, Ali Yang.
 
La República de China, que en esa época controlaba China continental, concedió visados a judíos en las zonas ocupadas por las tropas de Hitler, pero muchos de los documentos se quedaron en China, cuando Chiang Kai-shek, su gobierno y sus tropas se refugiaron en Taiwán, tras ser derrotados en 1949 por Mao Zedong.
 
Los documentos hallados recientemente muestran que Ho, que fue cónsul en Viena de 1938 a 1940, concedió visados a todos los judíos que los pidieron para facilitar su traslado a Shanghái.
 
La labor de Ho en favor de los judíos no se hizo pública hasta su muerte en 1997, fecha en que la organización judía Yad Vashem le concedió el título de «Justo entre las Naciones».
 
En el momento cumbre de sus actividades Ho emitía entre 400 y 500 visados al mes. Posteriormente habría de decir: «Me pareció simplemente natural sentir compasión y desear ayudar. Desde el punto de vista de la humanidad, así debe ser».
 
«Era un cristiano» reflexionaba después su hija Manli Ho. «Y fundamentalmente creía que lo natural era actuar así».
 
Ho nació el 10 de septiembre de 1901 en la localidad rural de Yiyang, provincia de Hunan. Su padre murió cuando él tenía siete años. Fue educado junto a sus tres hermanas en un asilo misionero para pobres.