Para el periodista y escritor José Javier Esparza «lo que más llama la atención en el vídeo sancionado es que no hay en él nada que pueda ser objetivamente considerado como lesivo para el honor, la intimidad o el derecho a la propia imagen de las personas, que son los límites legales básicos de la libertad de expresión. Por consiguiente, sólo cabe entender que estamos ante una especie de multa ideológica, un castigo por pensar de una manera distinta a lo que el poder predica. Da igual que se trata de "homofobia" o de cualquier otro supuesto: lo verdaderamente importante es que se limita la libertad de pensamiento. Así se crea por vía administrativa una situación de grave riesgo para la democracia y para las libertades más elementales. Sólo cabe esperar que los tribunales rectifiquen esta enormidad».
El periodista Eulogio López, director del portal Hispanidad.com considera que «es un ataque contra la libertad de prensa... y contra la libertad, sin apellidos. Se sanciona a un medio por un presunto atentado contra el honor –un derecho muy amplio- de un colectivo sin pasar por el juez. Se trata de una sanción gubernativa. Y la canallada del ministro Miguel Sebastián –asegurando que la protesta de Intereconomía por la multa sólo pretende objetivos comerciales- es como para arrearle una colleja».
«Por otra parte en el vídeo de Intereconomía sólo sobra la alusión a determinados dirigentes del PP, separando entre la buena, que es Aguirre y Gallardón, el malo. Una falsedad, porque en materia de defensa de la vida o de la familia, el alcalde es un desastre y a la presidenta también el alcalde perpetra homomonios y pervierte a una generación de adolescentes reglando píldoras postcoital –que son abortivas- mientras Esperanza Aguirre sigue amamantando la cadena de clínicas aborteras y financiando los abortos en la sanidad privada. Peor dicho eso, el resto del vídeo es espléndido. Al viejo Madrid no le filmaban las jugadas Edenor del área no se fuera a desmotar el penalty. Pues bien. Si algo fastidia al lobby gay es que enseñes el desfile del Orgullo Gay, algo que molesta no ya a quien tiene conciencia sino a quien tiene estómago. Las imágenes de Intereconomía, en efecto, dan en el clavo: nadie puede desear una sociedad como la del desfile del Orgullo Gay. Incluso muchos que no se comprometen con lo natural, es decir, con la heterosexualidad-, o que no se comprometen con nada, huyen ese día de Madrid para no toparse con tan radiante espectáculo. Peor ya se sabe que una de las chifladuras de la modernidad consiste en negar la evidencia. Sí, la multa a Intereconomía es peligrosa y lo más llamativo -¿O no?- es que el Partido Popular –defendido en el vídeo- no salga ahora en defensa del grupo informativo. Y es que lo hay que no tienen ética peor les queda algo de estética».
El Presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco manifiesta que «la multa del Gobierno a Intereconomía es un ataque a la libertad inadmisible en un Estado de Derecho de la Europa del siglo XXI y muestra cómo para el Gobierno de Zapatero la libertad y los derechos humanos quedan subordinados a su proyecto de revolución cultural en la sociedad española al servicio de la agenda política de ideología de género. Las restricciones a la libertad de educación con la EpC y ahora con el adoctrinamiento de género que prevé la ley del aborto, las anunciadas leyes sobre libertad religiosa y lucha contra la discriminación de género y ahora esta multa muestran todo un programa de expresa voluntad política de imposición de los prejuicios ideológicos de género y laicistas aunque sea al precio de restringir las libertades fundamentales previstas en la Constitución».
«Como la libertad es indivisible. O defendemos la de todos -dice Blanco- o no podremos defender la nuestra en particular. Por eso apoyar a Intereconomía hoy es defender la libertad de todos frente a la imposición por el Estado de la ideología de género como pensamiento único obligatorio. Esperemos que los tribunales dejen de mirar para otro lado y de amparar el proceso en marcha de restricción de la libertad ideológica que está en marcha en España».
El Portavoz de Educación del Grupo Popular y Diputado por La Rioja, Juan Antonio Gómez Trinidad ha manifestado a ReL que «la noticia de una sanción inmediata y fulminante por parte de Industria al grupo Intereconomía por un determinado video me parece un síntoma muy peligroso de hasta dónde está llegando los límites de la libertad de expresión. Un gobierno que ha mirado para otro lado cuando de ataques a símbolos sagrados religiosos o patrios de millones de españoles, se muestra ahora como nueva "luz de Trento y martillo de herejes" del pensamiento y lenguaje único, políticamente correcto. Así la violencia no es de personas sino de géneros, sobre todo la familiar, y para sentirse orgulloso hay que pertenecer a un determinado colectivo. No es de extrañar que con la nueva "ley de salud sexual " el gobierno decida quién es sano y quién enfermo sexualmente hablando. En definitiva, un aviso para navegantes, un paso más dentro de la ingeniería social que pretende llevarnos a un nuevo modelo de humanidad».
El blogero católico de más audiencia e influencia en lengua española, Francisco José Fernández de la Cigoña, señala que «los Gobiernos puedan multar por opiniones es propio de las dictaduras y no de las democracias. En éstas, los Gobiernos, como los particulares, si piensan que algo es delictivo lo denuncian a los tribunales. Y estos dictarán la sentencia que corresponda. Si corresponde. Lo otro es lo propio de los Chávez, los Castro o los Evo Morales. Y si existe una disposición que lo permite hay que derogarla cuanto antes. No se puede estar al gusto personal de un ministro para ser multado o no. Y si además conocemos los gustos del ministro es menos presentable todavía».
Manuel Milián Mestre, ex-político, empresario y periodista advierte que «no he visto el video de Intereconomía, ni conozco la causa de esta sanción. Ahora bien, si por reflejar lo que acaece en un segmento de la sociedad, se puede multar a un medio, me parece una gravísima trasgresión de la libertad, inexcusable. Si existe una causa razonable, deben ser los jueces quienes lo dictaminen. Pero la libertad del orgullo gay debería respetar la libertad de aquellos ciudadanos que piensen de otra manera. El respeto debe ser mutuo y el pensamiento único es siempre aberrante, en particular en todo aquello que se refiera a la conducta y la moral. En la calle debemos respetarnos. En la intimidad allá cada cual con su conciencia. No soy quien para juzgar y mal será someter a la sociedad a la filosofía del que manda. Eso ya se vio en el comunismo, el nazismo y el fascismo. Somos libres para defender nuestras convicciones y principios. También para expresarlos».
El también periodista y escritor catalán Juan Carlos Girauta señala lo siguiente: «Una puntualización inicial: el vídeo institucional de Intereconomía sobre el Día del Orgullo Gay no fue precisamente afortunado. Es una ofensa gratuita contraponer a los homosexuales (o a los homosexuales que deciden celebrar su condición) con la “gente normal”. No tiene mucho sentido que una empresa expida certificados de normalidad sexual. Dicho esto, no creo que el poder ejecutivo sea el indicado para establecer lo que un medio de comunicación puede o no decir, ni para sancionar según su arbitrio con multas o cierres. La libertad de expresión es tan amplia que, según nuestra jurisprudencia, acoge incluso la posibilidad de mentir. Quienes se sintieron ofendidos por la pieza de Intereconomía tenían, como cualquier ciudadano, el recurso a la justicia. Con la resolución del Ministerio de Industria, el gobierno deteriora nuestra democracia por muy diversas razones. He aquí algunas: se suplanta al poder judicial, se lesiona económicamente a un adversario ideológico, se amenaza con el precedente al resto de medios, se incurre en doble baremo. La izquierda gobernante no se inmutó ante los graves insultos a España vertidos por un actor en TV3, ni se da jamás por enterada de las injurias que su prensa afín publica sistemáticamente contra el Partido Popular, por poner dos ejemplos clamorosos».
El Presidente de la plataforma ciudadana más activa e infuyente, Ignacio Arsuaga, de Hazte Oir, considera que «con la multa a Intereconomía, el Gobierno muestra su rostro totalitario. Zapatero quiere hacer callar a un grupo de comunicación que defiende ideas contrarias a la doctrina oficial sobre la homosexualidad y la ideología de género. Al mismo tiempo, la multa pretende infundir miedo y hacer callar a otras entidades y personas que están haciendo frente al rodillo socialista. La inquisición rosa, después de haber invadido las televisiones y el cine español, ha tocado poder, tanto en el Gobierno de la Nación como en muchas Comunidades Autónomas. Ahora, pretenden usar el poder coercitivo de la Administración para imponer sus tesis. El mensaje que se lanza es muy claro: si alguien se atreve a defender en público un mensaje incompatible con los dogmas del lobby gay, que se atenga a las consecuencias, que pueden ir desde la condena a la hoguera de la opinión pública por carca y homófobo a penas de cárcel».
«Al defender a Intereconomía frente a las agresiones del poderoso lobby homosexual, -dice Arsuaga- estamos defendiendo la libertad de expresión de todos y, con ella, el resto de las libertades y los derechos fundamentales».
Gloria Ostos, Socia-directora de Ostos&Sola Consultores de Comunciación, posiblemente los estrategas de campañas políticas en Iberoamérica más exitosos del momento, subraya que «la sanción a Intereconomía por parte del Ministerio de Industria puede calificarse como el principio de la penalización del pensamiento libre, en este caso de un grupo mediático pero que puede seguir por otros ciudadanos libres que se atrevan a decir algo políticamente incorrecto. Si analizamos el video observamos que en él, se suceden imágenes captadas durante los festejos del día del orgullo gay que cada año se celebran en la capital de España. No es una parodia, ni una degradación de la fiesta, o un montaje mal intencionado, son imágenes de la fiesta misma».
«En el mensaje del video -señala ostos- se cuestiona sobre la idoneidad de subvencionar este tipo de actos con dinero público y sobre el modelo que se busca para la sociedad. Lo único que puede resultar ”indigno” (argumento en el que se escudó el ministerio haciendo referencia una directiva comunitaria) para imponer una sanción al Grupo Intereconomía del video, es la misma celebración tal y como demuestran las imágenes y donde se pueden escuchar proclamas que son explícitamente ofensivas para muchos millones de españoles por descalificativos para los religiosos y personas de Fé. Este tipo de multas no es habitual. Resulta inquietante que desde el Gobierno se multe a un grupo mediático, cuando precisamente está denunciando posibles casos de corrupción de miembros del partido en el Gobierno o las Institutuciones».
Para José Luis Orella, Presidente de Foro Arbil, además de escritor e historiador, «la multa ha Intereconomía responde al intento de controlar y evitar toda respuesta crítica al pensamiento único que se va imponiendo. Una sociedad bien asentada sobre su tejido familiar resulta inmune a todos lo intentos de totalitarismo, del signo que sean, y se convierte en una comunidad viva que sabe responder a los retos que la amenazan. Un ejemplo de ello fue la sociedad polaca de los ochenta, que supo asimilar las enseñanzas de Juan Pablo II y provocó la caída del comunismo en Europa. Ahora la amenaza proviene de un nuevo totalitarismo relativista que tiene como objetivo una nueva civilización donde reine un depredador de la técnica, que haya sustituido a la actual humanidad. Para facilitar esa transformación, la sociedad debe convertirse en una masa informe de individuos, que no pueda articular ninguna respuesta. Los ataques masivos al derecho a vivir, a la familia como base estable, a la libertad de educación, tienen esa labor. Medios como Intereconomía han surgido para defender desde la propia iniciativa social de particulares, la necesidad de una democracia asentada en cimientos morales. Su persecución y represión únicamente pretende eliminar una de las voces que se alzan en defender esta sociedad».
Por último, Javier Mª Pérez-Roldán, abogado y Presidente del Centro Jurídico Tomás Moro expone que «evidentemente la sanción impuesta por el Ministerio de Industria a Intereconomía es un aviso a navegantes. La Ley 25/1994, que es la aplicada para sancionar, prohíbe la publicidad que atente a la dignidad humana o que discrimine por razón de sexo. A Intereconomía se la sanciona aplicando un barbarismo sin contenido jurídico: la homofobia. Sin embargo, el Ministerio olvida dolosamente que Intereconomía ni insulta ni agrade a los homosexuales, sino que solo critica las subvenciones públicas (es decir, con nuestro dinero) a los "gays orgullosos", es decir: a aquellos que intervienen anualmente en un sarao festivo con pretensiones reinvindicativas. Por tanto, está criticando una actividad "pública" y ello utilizando imágenes y frases de los propios reivindicantes. Pero es que, además, resulta que lo hace para destacar su propio ideario (protegido por el artículo 20 de la Constitución). A quién se discrimina, por tanto, es a Intereconomía por tener un ideario, pues en este tiempo no hemos visto ni una sola sanción a fabricantes de coches, de helados, de ropa, de colonias de hombre que utilizan a la mujer como simple objeto sexual. A lo que juega el Ministerio de Industria es a imponer coercitivamente la ideología de género como pensamiento único coartando la libertad de pensamiento y expresión».