En el balance presentado a los cardenales por el Arzobispo Velasio De Paolis, presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, se explica que hubo un déficit total de 4.102.156 euros; que es la diferencia entre los ingresos (250.182.364) y los gastos (254.284.520 euros).
Las salidas se atribuyen sobre todo a los gastos ordinarios y extraordinarios de los dicasterios y organismos de la Santa Sede, en los que prestan servicio 2.762 personas, de los cuales 766 son eclesiásticos, 344 religiosos y 1.652 laicos.
Por lo que respecta al balance consolidado 2009 de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se indica que la pérdida fue de casi 8.000.000 de euros. Las personas que trabajan bajo la jurisdicción de la Gobernación son 1 891.
En el comunicado se señala que la Gobernación ha iniciado el estudio para una infraestructura de comunicación integrada que comprende los servicios de telefonía e Internet. El texto indica que "en continuidad con el esfuerzo de los últimos años, se ha procedido a la tutela y valorización del patrimonio artístico con particular acento en los Museos Vaticanos, ampliando las áreas de exposición y los horarios de visita", así como el desarrollo de los trabajos en las Basílicas papales de San Juan de Letrán, San Pablo de Extramuros y Santa María la Mayor".
"También es de destacar los costos considerados para la seguridad al interior del Estado de la Ciudad del Vaticano y para los grandes trabajos de reestructuración de la Biblioteca Apostólica Vaticana, cuya apertura está prevista para el próximo mes de septiembre", indica el texto.
Por último se presentó el balance del Óbolo de San Pedro, que está constituido por el conjunto de ofrecimientos que hacen al Santo Padre las Iglesias particulares, sobre todo con ocasión de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, así como de las contribuciones que hacen llegar los institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, las fundaciones y algunos fieles. La cantidad recaudada en 2009 fue de 82.529.417 dólares, que servirán para las obras de caridad del Pontífice. Los mayores aportes llegaron desde Estados Unidos y Francia, también se ha considerado como significativo las contribuciones de los católicos en Corea y Japón en donde los católicos son minoría.
Entre los cardenales participantes en la reunión estuvieron: Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles (EEUU), Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid (España), Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima (Perú), Marc Ouellet, arzobispo de Québec y recientemente nombrado prefecto para la Congregación de los Obispos (Canadá), Jorge Liberato Urosa Savino, arzobispo de Caracas (Venezuela), y Odilo Pedro Scherer, arzobispo de Sao Paulo (Brasil).