El cardenal Jorge Urosa respondió a las agresiones que el presidente Hugo Chávez hiciera contra él y el episcopado de Venezuela el pasado 5 de julio señalando que el mandatario "no tiene licencia para insultar, difamar ni injuriar a ningún venezolano" y reiterando su denuncia del peligro que se cierne sobre Venezuela.
 
El purpurado señaló que Chávez "en varias ocasiones me ha agredido verbalmente, exponiéndome injustamente al escarnio público. Rechazo totalmente dichas agresiones, que desdicen de quien las realiza".
 
"Más que rechazar ofensas se trata de denunciar el peligro que se cierne sobre nuestra querida Patria. Sin presiones de ningún sector, y sin que nadie me mande a decir nada, sino obedeciendo sólo a la voz de mi conciencia como venezolano y como Arzobispo de Caracas ante la realidad que estamos viviendo, he emitido algunas declaraciones recogidas en algunos medios de comunicación social. Lamentablemente el Presidente, en lugar de reflexionar y ponderar los argumentos expuestos, y rectificar su línea de conducta, se limita a descalificar y ofender".
 
"Pasando por encima de la Constitución Nacional, el Presidente y su gobierno quieren llevar al País por el camino del socialismo marxista, que copa todos los espacios, es totalitario, y conduce a una dictadura, ni siquiera del proletariado, sino de la cúpula que gobierna. Contrariando la voluntad popular, que el 2 de diciembre de 2007 rechazó la propuesta de reforma estatizante y socialista de la Constitución nacional, a través de leyes inconstitucionales se pretende implantar en Venezuela un régimen marxista, como abiertamente lo ha proclamado en repetidas ocasiones el Presidente".
 
"Tal conducta es inconstitucional e ilegal, pero sobre todo, atenta contra los derechos humanos, civiles y políticos de los venezolanos. El fracaso del socialismo marxista en otros países es más que evidente", añade.
 
El Arzobispo de Caracas señala también que "la pretensión de copar todas las actividades productivas a través, por ejemplo, del progresivo acaparamiento de la importación, distribución y comercialización de alimentos, va en la línea de desmontar el aparato productivo nacional para que todos dependamos del gobierno hasta para comer. Eso ¿a quién beneficia? No a productores, campesinos y obreros venezolanos, sino de otros países, y, junto con el progresivo endeudamiento del país, conduce a la ruina de nuestra economía así como a una dependencia foránea, totalmente contraria a la necesaria soberanía alimentaria".
 
"Preocupado por instaurar el sistema socialista marxista, el gobierno descuida sus tareas constitucionales primarias: proteger la seguridad del pueblo golpeado especialmente en los sectores más pobres por la violencia y la delincuencia; promover una mejor asistencia en el campo de la salud, construir y mantener la infraestructura de carreteras y medios de transporte, etc.", continúa.
 
Por otro lado, el obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, consideró que "descalificar al Cardenal (Urosa) no es bueno por muchos motivos: primero porque es una persona, segundo porque no es un hombre indigno ni es un troglodita", en alusión a los insultos del presidente venezolano.
 
Moronta –considerado por Chávez como su candidato a "Supercardenal" de Venezuela– dijo sobre las agresiones que "creo que se impone nuevamente una palabra y una actitud que no debe fallarnos nunca que es el diálogo y el encuentro. Yo estoy dispuesto a seguir mediando en ese encuentro".


El diario de la Santa Sede pide en titulares libertad de expresión para la Iglesia católica en Venezuela después de los insultos de Chávez contra el cardenal.

"Libertad de expresión para la Iglesia en Venezuela" es el título del artículo que publica en la edición italiana de este 8 de julio L´Osservatore Romano, con el que informa de los hechos.
 
"La Iglesia católica en Venezuela rechaza con determinación la incalificable agresión verbal de la que ha sido objetivo el cardenal arzobispo de Caracas", dice el artículo del diario vaticano al recoger las primeras reacciones emitidas por los representantes eclesiales.

Hugo Chávez, recuerda el diario oficial de la Santa Sede, "en los días pasados ha echado gasolina al fuego de las relaciones Iglesia-Estado. Lo ha hecho en dos ocasiones, aprovechando las celebraciones del bicentenario de la indepencia nacional".