En la tarde de ayer Benedicto XVI y el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Angelo Bagnasco, han mantenido una conversación telefónica en la que el Papa ha apreciado el servicio del episcopado de ese país, según ha informado a ZENIT la Oficina para las Comunicaciones Sociales de esa Conferencia.

La conversación telefónica tiene lugar en medio de artículos de prensa que aseguraban divisiones entre la Santa Sede y esa Conferencia Episcopal, en particular por la posición del diario Avvenire, sobre la vida personal del primer ministro Silvio Berlusconi y su política de inmigración.

El debate se ha hecho particularmente duro por las acusaciones de carácter personal contra el director de Avvenire, Dino Boffo, lanzadas por Il Giornale, periódico de la familia de Berlusconi. Il Giornale sacaba a la luz un viejo proceso por actos deshonestos en el que habría estado implicado Boffo.

En días pasados, exponentes de partidos políticos que apoyan el Gobierno de Berlusconi han afirmado que había divisiones entre la posición de la Santa Sede y la de la Conferencia Episcopal y sus órganos de prensa sobre cuestiones italianas.

En el transcurso de la conversación, «el Santo Padre ha pedido noticias y juicios sobre la situación actual y ha expresado estima, gratitud y aprecio por el compromiso de la Conferencia Episcopal Italiana y de su presidente», explica la nota.

La llamada telefónica ha tenido lugar después de que el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi S.I. declarara en un comunicado que «los intentos de contraponer la Secretaría de Estado con la Conferencia Episcopal no tienen consistencia».