(Zenit) En un hecho sin precedentes en la historia de México, los obispos agrupados en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) acudieron a partir de este lunes a la televisión abierta para difundir un mensaje en el que fijan la postura no negociable de la Iglesia católica a favor de la vida del concebido. La presencia en el mensaje de un minuto de duración y que se ha trasmitido en los canales de televisión abierta, en horarios preferenciales, correspondió al obispo de Texcoco y presidente de la CEM, monseñor Carlos Aguiar Retes. El mensaje televisado se da, justamente, cuando inicia el debate interno de los once magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para revisar la moción de inconstitucionalidad de la reforma a la ley del aborto en el Distrito Federal que despenaliza la "interrupción del embarazo" hasta los 12 meses de gestación. Los magistrados de la SCJN --en sesión pública y retrasmitida a través del Canal Judicial-- han hecho este lunes la primera etapa de su trabajo discutiendo los considerandos previos sobre la ponencia presentada por el magistrado Salvador Aguirre Anguiano en cuyas más de 600 páginas expone las razones por las cuales él sí considera que la reforma que despenaliza el aborto en el Distrito Federal contraviene las disposiciones y el articulado de la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos. Se prevé que el debate pueda prolongarse durante esta semana y una vez emitida la opinión de la SCJN, es decir, que haya o no mayoría para declarar inconstitucional la reforma del Distrito Federal o bien, la encuentren los magistrados conforme a lo dispuesto por la Constitución, su fallo será inatacable. Por este motivo y dada la trascendencia del debate que está llevándose a cabo en México, la Iglesia católica del segundo país con mayor número de católicos del mundo (aproximadamente 90 millones de personas), ha decidido salir a la plaza pública y presentar la declaración que reproducimos a continuación: * * * Queridos amigas y amigos: Los obispos católicos deseamos compartir un mensaje a todos aquellos preocupados por el presente y el futuro de México. Muchas son las dificultades por las que atraviesa nuestro país. Muchos también son los retos que tienen tanto gobernantes como actores, que participan en la construcción de una sociedad justa. De entre los desafíos que enfrentamos los mexicanos, uno destaca:El respeto a la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural. Sin el don de la vida, toda oportunidad se extingue. Sin el don de la vida, no es posible ejercer otro derecho. La dignidad humana no depende de la cultura, raza, sexo, convicciones políticas, creencias religiosas, desarrollo de las capacidades intelectuales o edad de la persona. Todo ser humano posee la misma dignidad y merece el mismo respeto en sus derechos fundamentales. Ninguna situación, por excepcional que sea, justifica que alguien lastime la dignidad de las personas, en especial de las más vulnerables, las marginadas o indefensas. La defensa valerosa de un recién concebido, debe estar acompañada de la defensa, igualmente decidida, de la dignidad de la mujer que vive un embarazo inesperado. Todos, como sociedad, debemos trabajar para que ninguna mujer se sienta condenada, rechazada, sola o abandonada al encontrarse en esa situación. Es un deber humano atender, solidariamente, a la mujer que lleva un hijo en su vientre. De este acompañamiento depende, en buena medida, que el aborto no sea la opción a escoger. Hoy, más que nunca, garantizar el derecho a la vida y de manera igual para todos, es un deber de cuyo cumplimiento depende el futuro de la humanidad. En efecto, cuando en una sociedad se debate la despenalización del aborto, lo que en el fondo se discute es el futuro de una nación. Reconocer y respetar el derecho a la vida, se encuentra en la base de la auténtica democracia y del verdadero Estado de Derecho. Los obispos confiamos en las instituciones de la República. La misión que hoy tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al analizar las leyes que despenalizan el aborto en el Distrito Federal, es histórica. Reconocemos que la apertura de la Corte, al escuchar la opinión de los ciudadanos, es un paso importante que merece nuestra admiración. Como ciudadanos, confiamos en que los señores ministros cumplirán su labor con responsabilidad. Esperamos que su decisión esté orientada por la justicia, el derecho, la verdad y el bien común. El bien común es el que nos motiva a encontrar siempre soluciones incluyentes. El derecho de una persona, no debe prevalecer sobre el derecho de otra. La defensa y promoción de la vida, es responsabilidad de todos. En consecuencia, corresponde ahora trabajar decididamente por una cultura de la vida que a nadie excluya. Queridos amigos y amigas: El derecho a la vida y su respeto absoluto, debe ser la base de nuestra democracia. ¡Muchas gracias! + Carlos Aguiar Retes Obispo de Texcoco y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano