(Agencias/ReL) La Policía china detuvo en una iglesia de la provincia de Hebei (norte) al obispo de Zhending, Giulio Jia Zhiguo, que desde hace años estaba sometido a arresto domiciliario, informó hoy la agencia AsiaNews. La detención se produjo el domingo, cuando el prelado celebraba misa en la catedral de Wuqi, una ceremonia para la que contaba con el permiso de las autoridades, según la agencia. Cuatro agentes irrumpieron en el templo y, sin dar ninguna explicación, se llevaron a Jia Zhiguo, cuyo actual paradero desconocen los sacerdotes y fieles de esta comunidad católica no oficial de China. Los católicos de este país están divididos entre los que pertenecen a la Iglesia oficial -controlada por el Gobierno comunista, conocida como Patriótica- y la clandestina, en comunión con Roma y no autorizada por el Gobierno chino. Monseñor Giulio Jia Zhiguo, responsable de una diócesis con 110.000 fieles y varias decenas de sacerdotes y monjas, pasó quince años en la cárcel, de 1963 a 1978, y en los últimos años ha sido detenido y liberado por el Gobierno chino al menos en once ocasiones, señala la agencia asiática. Durante los Juegos Olímpicos que se han celebrado en China, según esta fuente, fue uno de los muchos obispos sometidos a arresto domiciliario y vigilancia continua, una medida decretada por el Ejecutivo para evitar tensiones. Las autoridades chinas prohibieron además la celebración de reuniones cristianas, a pesar de lo cual un millar de fieles de Zhending acudió el domingo, último día de los Juegos Olímpicos, a la catedral para asistir a la misa dominical. Ante esta situación, la policía ordenó al obispo que oficiara la ceremonia para evitar enfrentamientos, si bien Jia Zhiguo no pudo concluir la misa, ya que fue arrestado durante la celebración.