Carrie Prejean no se da por vencida y ahora ha demandado a dos de los responsables del certamen de belleza Miss EEUU, por haberla destronado de manera injusta tras haber declarado su oposición a la equiparación de las uniones homosexuales y el matrimonio. Lo hizo ante el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, alegando que los organizadores Shanna Moakler y Ketty Lewis la discriminaron. Sin embargo, éstos consideran que la demanda responde a una estrategia comercial para promocionar el reciente libro de la modelo.

Durante la ronda de preguntas en la final del concurso de maniquíes celebrado el pasado mes de abril, Prejean aseguró que «en mi país y en mi famila, los matrimonios deben ser entre un hombre y una mujer, sin ánimo de ofender». Según se informó entonces, esta respuesta le valió no alzarse con la corona de guapa oficial de los Estados Unidos, quedando en segundo lugar. Posteriormente, los responsables del certamen decidieron despojarla también de su título de Miss California, alegando que no había cumplido con una larga lista de compromisos relativos a su condición de Miss California.

Prejean en medio de la polémica surgida a raíz de sus declaraciones, manifestó que no se retractaba de sus opiniones, porque  «no se trata de ser políticamente correcta, sino bíblicamente correcta».