Los centros de atención primaria (CAP) y de salud reproductiva y sexual dispensarán a partir del próximo año la píldora abortiva RU-486 -hasta ahora sólo autorizada en hospitales- a las mujeres embarazadas de menos de siete semanas que deseen abortar.
Así lo confirmó la consejera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, que a finales de mayo anunció que su departamento estudiaba esta posibilidad junto con la Sociedad Catalana de Ginecología y de Comadronas.
No obstante, no quiso concretar la previsión de centros que aplicarán la nueva directriz, que se enmarca en el modelo catalán de salud reproductiva sexual, acorde con la nueva ley española, que ha cambiado los supuestos para abortar.
«Lo más importante es reducir el número de embarazos no deseados y minimizar infecciones de transmisión sexual», dijo la consejera, quien anunció que crecerá la red pública de hospitales que realizan abortos en Cataluña, hasta ahora «fundamentalmente» por malformaciones o riesgo de la salud de la madre.
La mitad de los abortos que se producen en Cataluña tienen lugar en las siete primeras semanas de gestación, por lo que el modelo que estudia la Conselleria de Salud de dispensar la píldora abortiva en CAP en embarazos de menos de siete semanas se podría convertir en una medida efectiva, según defendió en mayo la titular de Salud.
La medida se enmarca en una revisión de las políticas de contracepción e interrupción voluntaria del embarazo, que Salud inició en 2004 con la dispensación de la píldora postcoital en centros sanitarios públicos. Para ello, Salud toma el ejemplo de países europeos como Francia, Suecia y Austria, donde la introducción de la píldora RU-486 para la interrupción del embarazo antes de las siete semanas ya es un hecho.
Además, el grupo de trabajo estudia la implantación de una línea telefónica específica de atención conducida íntegramente por comadronas para orientar a la mujer, especialmente adolescentes, en materia de contracepción de emergencia y de interrupción voluntaria del embarazo a las pocas horas.