El obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, monseñor José Gea Escolano ha pedido a los 700 sacerdotes y laicos que están llevando a cabo una campaña para evitar que monseñor Mario Iceta sea quien suceda a Ricardo Blázquez en la conducción de la diócesis de Bilbao, que recapaciten pues su «actitud puede ser motivo de escándalo para mucha gente buena y fiel que hay dentro y fuera de la diócesis» y porque sus opiniones «rozan la doctrina sobre el ser mismo de la Iglesia».
En «La Iglesia no es así y lo sabéis. Carta abierta a un grupo del clero y laicos de Bilbao», publicada en su blog «Un obispo opina» alojado en ReL, Gea Escolano se refiere al escrito que los sacerdotes y laicos dirigieron al Nuncio en España, monseñor Renzo Fratini, en el que respecto a la elección del próximo obispo de Bilbao le advierten que «esta esposa no quiere un esposo impuesto. Ni secretismos. Ni juego de intereses que no sean los exclusivamente evangélicos», y le piden que la «Iglesia de Bilbao» sea interlocutora en esta elección.
«Me parece muy bien eso que decís, pero es que esta esposa, la Iglesia, tampoco quiere un esposo impuesto; y sería un esposo impuesto si lo eligiese quien no tiene la capacidad de elegir. Y tampoco la Iglesia quiere secretismos, que no es lo mismo que secreto en la tramitación del nombramiento. Pero ¿es que creéis que los nombramientos de obispos no son consultados a clérigos y laicos? pero no de la manera que algunos quieren. ¿Es que alguien prefiere que se presenten candidatos y haya votaciones con vencedores y vencidos, con mayorías y minorías?», pregunta Gea.
Sobre el modo de la elección, monseñor Gea afirma «que algunos querrían que no sólo fuera consultada la diócesis sino que el obispo fuese elegido por la iglesia local, lo cual supondría un cambio de perspectiva en la concepción de Iglesia».
Constatado esto, les lanza entonces algunas preguntas: «¿Quién y cómo toma parte en la elección o consulta?
Constatado esto, les lanza entonces algunas preguntas: «¿Quién y cómo toma parte en la elección o consulta?
¿Los sacerdotes? ¿Los sacerdotes y religiosos? ¿También los seglares? Y si también los seglares, ¿sólo los seglares que pertenecen a movimientos apostólicos? ¿Los que trabajan en las parroquias? ¿Los que forman parte de los consejos de pastoral?
¿Sólo los que van a misa? ¿Todos los bautizados? ¿Con campaña o en secreto?».
Monseñor Gea también se refiere a la expectativa del grupo de los 700 de que el sucesor sea del lugar y que hable dicha lengua. Yo, dice, «nombraría obispos de fuera para las diócesis del País Vasco y de Cataluña, por lo menos, mientras dure la situación de nacionalismo fuerte que hay allí».
El obispo emérito califica de «ligereza» el considerar en la elección del obispo sólo la pertenencia a una determinada región, consideración que «rompe la visión universal de la Iglesia, se radicalizan posturas y actitudes que nada tienen que ver con el Evangelio».
«Lógicamente es mejor que se conozca la cultura del pueblo a donde uno es destinado. Y dentro de la cultura está el conocimiento de la lengua. Pero me pregunto si no estamos gastando los sacerdotes muchas energías con la cultura y con la lengua, mientras grandes sectores de nuestra sociedad necesitan urgentemende de la más elemental evangelización», explica.
«Yo me inclinaría a nombrar obispos sin discriminación de regiones aunque se produjesen algunas tensiones. Creo que las tensiones serían preferibles a la situación incorrecta que se crearía y al empobrecimiento de la Iglesia que, si es universal, debe serlo de verdad. No puede ser regionalista», agrega.
«¡Es tan relativo que sea de un sitio o de otro!» exclama Gea Escolano, añadiendo que «para cualquier región con lengua propia, yo prefiero a un obispo de fuera como un San Francisco de Sales o como un San Carlos Borromeo que un obispo como el que está escribiendo esto».
«Hay unos valores trascendentales en el pastoreo de la Iglesia que no son valores de lengua o región sino de sintonía con el Evangelio, vivencia del mismo y poder de arrastre que esta vivencia lleva consigo. Lo demás es accidental. Quien más sintoniza con los habitantes de una región no es quien es de allí por el hecho de serlo, sino quien es más capaz de acoger, de comprender, de animar y de ayudar a seguir a Jesucristo a quienes han sido puestos bajo su cuidado pastoral», apunta.
Así las cosas, «¿no os parece que sería mejor orar y esperar con amor al nuevo obispo, sea quien sea?» concluye la misiva.