En un artículo titulado «Una ocasión para todo el continente africano», el diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) hace una reflexión sobre lo que significa para Sudáfrica ser el primer país del continente africano en ser sede de un Mundial de Fútbol en el que su selección igualó 1 a 1 con México en el partido inaugural. El texto comenta cómo este importante evento puede permitir retomar el camino de la reconciliación.
Tras recordar el campeonato mundial logrado por la selección de rugby en 1995, que fue un hito para la unidad de Sudáfrica y que se plasmó luego en la cinta Invictus (también elogiada por LOR), el artículo señala que «todavía muchos esperan que este mundial de fútbol pueda dar un nuevo impulso al camino de reconciliación que lleve a reconocer y valorar las diferencias, integrándolas en un desarrollo común».
No sólo eso, prosigue el diario según ACI, sino que «ante el contraste evidente entre un fenómeno como el del fútbol, en el que el mercado dicta más que nunca las reglas de un negocio millonario, y el contexto de pobreza del subdesarrollo en el que llega este gran espectáculo, esta cita representa un desafío también para todo el continente africano, para demostrar al mundo que tiene la capacidad de organizar un evento planetario. Para los sudafricanos es una responsabilidad adicional y por eso no pueden permitirse fallar».
LOR recuerda luego un mensaje de Mandela para este evento –a cuya inauguración no pudo asistir por la muerte de su bisnieta de trece años que falleció en un accidente automovilístico–: «debemos esforzarnos para demostrar nuestra excelencia y al mismo tiempo asegurarnos que el evento deje un beneficio duradero a toda nuestra población. El pueblo africano ha aprendido una lección de paciencia y resistencia en la larga batalla por la libertad. Que esta oportunidad de haber tenido la Copa del mundo demuestre que ha valido la pena esperar tanto su llegada al suelo africano».
Finalmente, el artículo de LOR señala que «si luego este mundial de fútbol sirve para que el resto del mundo –sobre todo el llamado norte desarrollado– vaya más allá del evento deportivo y para entender más de África, con sus problemas y sus potencialidades al margen de los estereotipos y preconceptos, entonces se habrá logrado un objetivo importante».