(Zenit) Aunque cambie el gobierno en Pakistán, no cambiará la marginación de los cristianos en el país, pues sus causas son profundas, considera un sacerdote educador en el país. Con ocasión de la dimisión del presidente paquistaní Musharraf, el padre Miguel Ruiz, rector de una escuela técnica de la orden de los Salesianos ubicada en Lahore (la Don Bosco Technical Center), ha hecho un análisis de la situación en una visita a la sede de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada. El sacerdote señala que la presión ejercida sobre éstos disminuyó algo bajo Musharraf, pero que este mandatario estaba atado de pies y manos por las amenazas de disturbios lanzadas por círculos islámicos fundamentalistas. En concreto, los cristianos viven continuamente amenazados por la posible acusación de blasfemia contra el islam, una pena que es profusamente empleada para llevar a los cristianos ante los tribunales, y que puede llevar a la pena de muerte. En opinión del padre Ruiz, el motivo real de la opresión de los cristianos reside en la gran pobreza de la población, que impide que muchos padres puedan facilitarles a sus hijos (por lo general, numerosos) una formación escolar, o que los impulsa a confiárselos a las madrazas, que en más de un 50% no están sujetas a ningún tipo de control estatal. Jóvenes delincuentes de 12 ó 13 años acaban en estas escuelas coránicas, donde, como señala el sacerdote, "su pasión, energías y frustraciones son canalizadas hacia el odio". Pero el hecho de que los cristianos paquistaníes sean considerados el estrato inferior de la sociedad no es, según el padre Ruiz, culpa del Islam, sino una secuela del sistema de castas hindú, de la que se avergüenzan muchos musulmanes, pues muchos de ellos ocuparon esa misma posición antes de la independencia del Estado de Pakistán de la India, siendo víctimas de la discriminación y el desprecio. El salesiano, de origen español, lamentó en su visita a la sede internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada que los niños cristianos paquistaníes apenas tuvieran acceso al sistema educativo y a una formación escolar superior. En parte, ni siquiera pueden entrar en centros de formación superiores de la Iglesia por no superar los exámenes de entrada estipulados por el Estado, entre otros motivos, porque carecen de suficientes conocimientos del inglés. Por ello, ha precisado el sacerdote, es necesario que la Iglesia encuentre la forma de facilitarles a sus creyentes el acceso al sistema educativo. El sueño de este sacerdote católico es fortalecer la labor con los jóvenes en Pakistán y trabajar también con jóvenes delincuentes, para que no se les eduque para el odio en las madrazas no supervisadas. Quiere enseñarles "amor, tolerancia y respeto", y señala que, para ello, está dispuesto a colaborar con las instituciones estatales. Según él, también sería importante que los docentes islámicos les transmitieran a los jóvenes el "Islam verdadero". En Pakistán, los cristianos son una pequeña minoría, pues no superan el 1,5% de una población mayoritariamente (más del 90%) musulmana. Son víctimas de numerosas discriminaciones y blanco frecuente de actos de violencia.