En la entrevista concedida a El Comercio de Gijón, El arzobispo de Oviedo recuerda que el ámbito en el que se plantea el mayor número de denuncias por pederastia es el de la propia familia de la víctima: «Los religiosos no son quienes más han abusado de inocentes. Ha sido la familia. Y me parece injusto que todos los curas sean considerados presuntos pedófilos o pederastas».
Es la idea que ha querido transmitir la campaña que, con ocasión de los casos de pedofilia descubiertos, se ha lanzado contra la Iglesia. Y esto ha tenido consecuencias en la vida cotidiana de eclesiásticos: «Ha habido momentos estos últimos meses en los que incluso el hecho de vestir como sacerdotes ha sido complicado por esta demonización», señala Jesús Sanz Montes, recogiendo el sentir y la experiencia en la calle de numerosos curas y religiosos.
El prelado es duro al calificar a los responsables de los casos de pederastia: «Esperemos que, en última instancia, tengan perdón de Dios, pero nuestro perdón es muy complicado. Tienen que pagar ante la Iglesia y ante la sociedad».
En otro orden de cosas, monseñor Sanz Montes aporta algunas razones de la caída de alumnado en las clases de Religión del Principado de Asturias: «Si pones una hora de Religión en la que hay una asignatura alternativa y, además, la colocas en el horario más incómodo, hay que ser realmente heroico para asistir. Además, por parte de profesores de otras materias hay ataques con los que están bombardeando a los muchachos. No se han respetado los horarios».
Y denuncia asimismo la actitud del Gobierno hacia la Iglesia: «Hay una estrategia de desmontar el alma de un pueblo que tiene una tradición. Querer ignorar que hay un arte, una literatura, una manera de concebir las cosas que es cristiana es pensar que hablamos de un país de aborígenes en el que yo no reconozco a mi país. Hay un intento de deconstruir una historia».