El presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía, monseñor Luigi Padovese, asesinado por su chófer el jueves pasado, habría cancelado a último momento su viaje a Chipre, a donde debía dirigirse para recibir de manos de Benedicto XVI el Instrumento Laboris que él mismo había contribuido a redactar, ante el temor fundado de que aquél pudiese atentar contra el Papa.
Según El País, así lo ha dado a conocer el vaticanista Filippo di Giacomo que explica que «unas horas antes de que Padovese fuera asesinado, el Gobierno turco le llamó para decirle que el chófer, que ellos mismos habían puesto a su servicio cuatro años atrás, se les había ido de las manos. Es decir, que había abrazado la causa fundamentalista».
«Al saberlo, Padovese canceló los billetes que había reservado para ir a Chipre con Altun (el chófer). Prefirió quedarse en casa que hacer el viaje porque temía que su chófer pudiera aprovechar su cercanía al Papa para atentar contra él», agrega el sacerdote.
La agencia de noticias Asianews reveló que el asesinato por apuñalamiento y degüello del obispo italiano, podría haber sido «un sacrificio ritual» relacionado con «grupos ultranacionalistas» y «fundamentalistas islámicos».
Hace unas horas la agencia de noticias dio a conocer que según testigos, Murat Altun subió al techo de la casa gritando: «He matado al gran satanás! ¡Allah Akbar! (Alá es grande)».
Todo ello lleva a «intuir» que pueda haberse tratado de un «sacrificio ritual contra el mal», por lo que el asesinato podría estar relacionado «con los grupos ultranacionalistas» y «fundamentalistas islámicos que quieren eliminar a los cristianos de Turquía», agrega la agencia misionera.
El obispo italiano tenía programado viajar a Chipre ese mismo jueves 3 de junio para encontrarse con el Papa y recibir de éste el Instrumentum Laboris de la próxima Asamblea Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos a celebrarse en octubre y en cuya elaboración había estado trabajando arduamente la última temporada.
Monseñor Ruggero Franceschini, arzobispo de Esmirna, presidió este lunes los funerales de monseñor Padovese en la catedral de Iskenderun o Alejandreta con una asistencia masiva de fieles.
«Nadie logrará apagar esta llama pues es apoyada no sólo por tantos mártires y santos de estos lugares, por la Virgen santísima, patrona de esta comunidad, sino también, desde hoy, por un ángel más en el trono de Dios: vuestro, nuestro obispo Luigi».
La muerte del también vicario apostólico de Anatolia, según monseñor Franceschini, «nos ha dejado conmocionados, sin comprender cómo podía suceder algo tan horrible, sobre todo a un hombre de Iglesia, un obispo muy amigo de los turcos».
«A nosotros, cristianos, su muerte nos recuerda cómo la fidelidad al Evangelio, pues ser pagada con la sangre».