El brutal asesinato del líder de la Iglesia católica en Turquía, el obispo italiano Luigi Padovese, que la semana pasada fue apuñalado y degollado en su casa, podría haber sido «un sacrificio ritual» relacionado con «grupos ultranacionalistas» y «fundamentalistas islámicos», según aseguró este lunes Asianews, la agencia de noticias del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME).
En un primer momento, se dijo que el asesino, Murat Altun, sufría un desequilibrio mental y había actuado movido por la locura. Sin embargo, el abogado de la Iglesia turca, Ercan Eris, sostiene que no existe ningún informe sanitario que demuestre la presunta enfermedad del asesino, destacando que éste «no puede haberse deprimido en un sólo día», destaca la agencia.
Sí parece, en cambio, que «en los últimos tiempos él mismo decía que estaba deprimido pero esto podría haber sido una "estrategia" ideada por Murat para poder defenderse», agrega.
La autopsia de los médicos reveló que monseñor Padovese había recibido ocho cuchilladas en la zona del corazón, además de otras muchas por todo el cuerpo. Además, su cuerpo había sido decapitado.
Según Asianews, algunos testimonios afirman que tras el asesinato, Murat subió al techo de la casa gritando: «He matado al gran satanás!¡Allah Akbar! (Alá es grande)». Todo ello lleva a «intuir» que pueda haberse tratado de un «sacrificio ritual contra el mal», por lo que el asesinato podría estar relacionado «con los grupos ultranacionalistas» y «fundamentalistas islámicos que quieren eliminar a los cristianos de Turquía», agrega la agencia misionera.
Ahora, «ante estos nuevos y espeluznantes detalles, habría que revisar las declaraciones del Gobierno turco y las primeras convicciones expresadas por el Vaticano», que aseguró que el asesinato no tenía connotaciones políticas y religiosas, concluye la agencia.
Entre tanto, esta tarde se celebraron los funerales del obispo en la Catedral del Vicariato Apostólico de Anatolia. En la homilía, el arzobispo de Esmirna, monseñor Ruggero Franceschini, aseguró que la muerte de Padovese «recuerda que la fidelidad al Evangelio, en ciertas situaciones, puede ser pagada incluso con la sangre».