Carmen Aranda, que estudió Historia del Arte, es laica misionera comboniana y ha explicado los que impulsa a muchos a salir para servir a Dios lejos, en tierras de misión, en circunstancias duras y complicadas. "Me di cuenta de que Dios quería que dejara las cosas que me daban seguridad. Lo de “creo en Dios, pero me quedo en mi casa” no me servía. Fui a África". 

Este domingo se celebra en España el Domund, el día mundial de las misiones. Por primera vez en muchos años, animando a colaborar con los 12.000 misioneros españoles no ha estado Anastasio Gil, director de Obras Misionales Pontificias (www.omp.es), que falleció el 7 de septiembre. Presentó la campaña de este año desde la sede de OMP en Madrid el sacerdote José Mª Calderón, subdirector nacional.

Para ayudar en 1.100 territorios de misión

El 43% de la superficie terrestre, con aproximadamente el 45% de la población mundial, es para la Iglesia Católica territorio de misión: se trata de 1.100 territorios en los que la Iglesia es pobre, joven y con pocos recursos o madurez y requiere ayuda constante de la Iglesia universal. Sus obispos se coordinan con la oficina vaticana de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, solicitando ayudas, que Obras Misionales recauda y envía.

En azul, los territorios que la Iglesia considera "de misión"; suelen ser pobres, remotos o con iglesias pequeñas y débiles

Como comentó Calderón, "allí se realizan también uno de cada tres bautizos del mundo, y se encuentran más de la mitad de las escuelas de la Iglesia Católica". La Iglesia, de hecho, ha visto como su número de escuelas en territorios de misión se ha doblado en apenas 30 años. Gracias a las colectas del Domund, España ha aportado en 2018 fondos por valor de 11,7 millones de euros para 644 proyectos.

Patricio Larrosa (misionero en Honduras), José Mª Calderón (OMP) y Carmen Aranda (misionera laica comboniana)

A nivel mundial, OMP sumó este año proyectos por valor de 84 millones de euros (incluyendo los 11,7 de España). Lo recaudado en 2017 es lo que se asigna en 2018. El cardenal Filoni, de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y los 120 directores de OMP del mundo lo reparten intentando que sea de forma ecuánime. OMP España, por ejemplo, recibe instrucciones de enviar sus cantidades a una lista de proyectos: por lo general, el Nuncio y su valija diplomática ayudan a que los donativos lleguen íntegros.

OMP también apoya de forma general a muchas diócesis pobres y necesitadas: “Si se apoyaran solo proyectos concretos, muchas cosas que son de vida ordinaria y general, por ejemplo de mantenimiento de clero, quedarían desasistidas”, explicó José Mª Calderón.

Doce mil misioneros españoles: crecen los laicos, ya son el 7%

Los 12.000 misioneros españoles se reparten por 132 países del mundo, siendo Perú, Venezuela y Argentina los mayores receptores. El 54,5% son mujeres. La mayoría de los misioneros españoles son religiosas (50,3%), seguidas por los sacerdotes (33,7%), los religiosos (7,3%), las laicas (4,3%), los laicos (3,3%). Hay, además, más de cien obispos en el mundo que son misioneros españoles.

Una de las novedades en los últimos años es el crecimiento de misioneros laicos: eran un 6,7 en 2016 y son ya un 7,5% en 2018. Calderón insiste en que no son un "banquillo de reserva" ante "la falta de sacerdotes", sino que, simplemente, Dios llama a estas personas a servir en las misiones.

Con todo, no hay duda de que faltan sacerdotes en el mundo: España, por ejemplo, tiene tantos sacerdotes como África, aunque es evidente que África tiene muchos más fieles y mucho más territorio. En 2016 había unos 1.600 católicos por sacerdote en Europa, frente a los 7.200 en América del Sur o los 5.000 católicos por sacerdote en África.

Este año, la campaña usa el lema 'Cambia el mundo' y ofrece un símbolo: el cubo de Rubik. En el cubo desmontado, cada movimiento puede parecer futil, pero, con experiencia y tenacidad, cada movimiento logra ser un paso que avanza hacia la resolución y la mejora.

Experiencia en Honduras: los que fueron ayudados, hoy son cooperantes

El sacerdote español Patricio Larrosa, que lleva toda la vida de misionero en Honduras, explicó que su trabajo "se parece al de una familia: es intentar hacer familia, con Dios que es nuestro Padre; es hacer estudiar a los niños y animar a los jóvenes. Los digo: 'te ayudo a ti a estudiar si tú luego ayudas a otros'. Así, ayudamos a los que quieran ayudar. Empezamos ayudando niños de 11 años, pero ahora ellos ya son adultos y profesionales que a su vez ayudan a otros y sostienen a más de 500 chavales. Los que estudian matemáticas en la universidad también dan clases de matemáticas a los niños. Si aprendemos a vivir como familia, compartiendo y dando oportunidades, podríamos arreglar muchos problemas del mundo", insiste.

Vienen laicos para unas semanas... y se enganchan años, o de por vida

La vida misionera puede enganchar a muchos laicos, y Patricio Larrosa pone muchos ejemplos.

"Vino una arquitecta de Ciudad Real para 6 meses y lleva ya varios años trabajando con mil discapacitados en Honduras. Otro señor, un prejubilado del País Vasco, organizó un taller textil para 14 personas que hace mochilas. Vino para un año y lleva tres. Hay otro señor, mago ilusionista que estaba jubilado, y allí tiene una campaña de magia e ilusionismos con 11.000 niños. Ha formado discípulos, incluso a la primera maga de Honduras. Un abogado que trabajaba en una empresa de inversiones, vino para un mes... pero luego dejó el trabajo en Madrid y se hizo sacerdote misionero. Animo a quien quiera ir un mes a las misiones... que luego pueden ser diez años, jajaja”, se ríe Larrosa.

¿Los jóvenes buscan experiencias fuertes? Que Dios les saque de casa

Carmen Aranda, que estudió Historia del Arte, es laica misionera comboniana. Incluso los combonianos tienen que reinventar y redescubrir el papel de los laicos misioneros, pese a ser una orden misionera especializada en África, que lleva décadas trabajando con laicos misioneros.

Carmen Aranda

"Desde niña me preguntaba porqué yo estaba bien aquí y otros están mal allí. ¿Por qué el mundo está mal repartido? Dios me ha dado mucho. ¿Qué puedo hacer yo? Los jóvenes buscan experiencias fuertes y yo digo que no hay nada más fuerte que fiarte de Dios, porque no sabes donde vas a acabar, es alucinante. Nunca pensé que estaría tres años en Uganda, que conocería esas culturas que has visto en la TV".

Pero no es una aventura, aunque el alma y la mente deben ampliarse para adaptarse. "Pasé tres meses primero en Etiopía con las misioneras combonianas, buscando entender esas situaciones de pobreza. Me di cuenta de que Dios quería, en Etiopía, que dejara las cosas que me daban seguridad. Lo de “creo en Dios, pero me quedo en mi casa” no me servía. Fui a África".

"Lo más grande es despertarse en Uganda 3 años, sin agua, electricidad o con malaria, pero sobre todo acompañando a los que viven así desde que nacieron. Creo que Dios cuida a toda esta gente. He podido poner nombres y apellidos a sus historias. Me sentí llamada a decir: “aquí estoy, quiero ser parte de esa cadena”. Vivíamos con unas madres “adoptivas” que cuidaban bebés y niños, todos los días comiendo maíz, tratándolo… Usé el arte, la música para crear algo distinto en la vida de los niños y niñas, que se sorprendieran de lo que eran capaces de hacer, de ser creativos. Viví como una acholi más, sin ser acholi. Así me enseñaron caras de Dios que no conocía: estoy aún en fase de digerir lo vivido".

Carmen Aranda quiere ser laica misionera comboniana de por vida. "Es una realidad nueva, que se va construyendo". Para dar más y más fruto evangelizador, Carmen, Patricio y los misioneros necesitan la ayuda de todos. La colecta del Domund es una oportunidad de abrir el corazón con generosidad a los misioneros.

Para ayudar con donativos al Domund y Obras Misionales Pontificias: www.omp.es

José Manuel y Rosa explican cómo un misionero les cambió la vida... "consiste en ser padre, hacer familia", explica el misionero Patricio Larrosa