Según ha publicado la agencia de noticias italiana Adista, la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe, que preside el cardenal Levada, ha pedido a diversos obispos que llamen al orden a los sacerdotes y religiosos que apoyaron un manifiesto a favor de la eutanasia.

Lo hicieron el pasado mes de marzo, en medio de la polémica del caso de Eluana Englaro, la mujer italiana que estuvo en coma a causa de un accidente de tráfico desde el 18 de enero de 1992 hasta el día de su muerte, el 9 de febrero de este año.

En el texto, impulsado por la revista italiana MicroMega, los sacerdotes ahora reconvenidos por el Vaticano con la orden expresa de que sean sancionados si no se retractan de sus posturas, aseguraban que «como creyentes, creemos que quien ha sido libre para vivir su propia vida, debe también poder decidir morir». «La vida debe ser respetada siempre y sin condiciones, mientras en la conciencia, en la dignidad y en la fortaleza para sostenerla siga siendo vida humana», continuaban los 41 firmantes del texto, entre los cuales se encuentran dos apartados del estado clerical.

Del mismo modo, criticaban la ley sobre el testamento vital que entonces discutía el Parlamento italiano y sostenían que «la decisión de poner fin a una apariencia de existencia corresponde exclusivamente a la persona interesada, que tiene derecho a exponerla de antemano en un testamento, o bien a la familia de acuerdo con el médico, que actúa con ciencia y conciencia».