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Agencias/ReL) “¡De nuestros ovarios saquen sus rosarios!”, gritaban a voz en cuello un centenar de feministas que ayer se congregaron frente al Palacio Legislativo, para protestar por lo que consideraron una intromisión de la Iglesia y el Estado al permitir la firma de setenta y un congresistas del
“Libro de la Vida”, una iniciativa en contra del aborto. Mientras al ritmo de tambores, las inconformes gritaban afuera “¡Ni la Iglesia, ni los curas, mi cuerpo es mío!”, adentro, en el Salón del Pueblo, monseñor
Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla, recordaba a los diputados que asistieron a la ceremonia simbólica que habían sido elegidos por el pueblo “para preservar la vida, don divino de Dios”. En ese acto participaron también representantes de iglesias evangélicas y la Junta Directiva del Congreso. El primer secretario del Congreso,
Roberto Alejos, quien se confiesa un “católico practicante y devoto”, advirtió a sus compañeros que quien no firmara violaba la Constitución, que preserva el principio de la vida desde su concepción. No fueron pocos los que hicieron caso a su llamado. Varias activistas fueron expulsadas por asistir a la ceremonia con playeras. La leyenda de estas rezaba: “Estados libres y laicos”. No llegar vestidas apropiadamente, justificó Alejos, fue el motivo para no permitírseles la entrada.
Alma Odeth Chacón, del movimiento de mujeres
Tierra Viva, opinó que los 65 mil abortos que se producen en el país cada año, ciertamente es un “crimen abominable”, porque estos son el resultado de la falta de acceso de las mujeres a los servicios de salud. “Ni siquiera voy a una iglesia, pero soy mujer y madre y no concibo el aborto como una salida”, afirmó
María Rendón, quien llegó organizada con un grupo de vecinas de la zona 12.
El Libro de la Vida, iniciativa para Centroamérica El "Libro de la Vida" ya fue firmado por 84 diputados del Congreso de El Salvador. La iniciativa surgió en Honduras y los organizadores esperan que el documento sea rubricado por todos los congresos de Centroamérica. La siguiente escala es Costa Rica, pero algunos ya proponen que se incluya a Panamá y México. La presidenta de la salvadoreña
Fundación Sí a la Vida,
Regina Cardenal, explicó que con la firma de este libro se pretende "crear conciencia" entre los distintos foros legislativos de Centroamérica sobre la importancia de proteger la vida y principalmente la de los aún no nacidos.