Alfonso García Nuño es un sacerdote católico, escritor, profesor y bloguero de Religión en Libertad, que ha tenido la amabilidad de recibirme en su casa para hablar de su último libro: «Religión en una democracia frustrada» (Vozdepapel).
Prepara un café y, mientras lo tomamos, charlamos en una habitación decorada casi únicamente con libros y unas admirables vistas de Madrid. Entre la urbe y nosotros, un pino muestra su verdor. Pronto entramos en materia.
- ¿No es un poco provocador el título de tu libro: Religión en una democracia frustrada?
- A mí, la situación actual me ha provocado, me ha incitado, semana a semana, a escribirlo; y no precisamente para que el lector se quede en su sitio. El libro es una llamada a salir fuera, a actuar. Sí, todo él es una pro-vocación. Pero no como lo hacen los culturetas. A base de un determinado tipo de provocaciones que apelan a determinados instintos y llaman a determinadas cosas, la palabra provocación se ha quedado casi solamente con un sentido. Yo me pongo delante y llamo, pero me dirijo al entendimiento, a la memoria y a la voluntad, para buscar la verdad, querer el bien y dejarse guiar por la belleza.
- Bueno, en cualquier caso, ¿no es algo exagerado?
- Durante la dictadura hubo en muchos grupos de la Iglesia, principalmente en la Acción Católica, un trabajo de formación que hizo posible una cierta preparación para la transición a la democracia. Pero eso, aunque valioso para que en un determinado momento se diera el paso que se dio y en las condiciones que se hizo, fue insuficiente para crear unas vigencias sociales democráticas lo suficientemente consolidadas y recias en España. Más bien se viene dando, entre otras cosas por la entrega de la cultura en determinadas manos de tradición poco democrática, una labor en sentido contrario. Nos han hecho creer que democracia es simplemente votar, tener unos derechos…
- ¿Entonces qué es?
- Un régimen sólo con derechos no es una democracia, y votar se vota hasta en Irán. Mire por ejemplo el tema de los juicios de Garzón. En determinadas manifestaciones y declaraciones, se ha intentado hacer ver que ciertas posturas están por encima de la ley y, por tanto, quienes las encarnan no tendrían que responder ante la justicia.
- Pero eso es solamente una anécdota.
- Ciertamente, pero indica lo que denota. Esto ha ocurrido no aisladamente, sino que es exponente de muchos años en los que una Constitución, no muy buena en su redacción, ha sido llevada a un estado de coma. Pensemos por ejemplo en la escasa representatividad por el sistema electoral, la suplantación de los representantes por los partidos, en la paulatina desaparición de la división de poderes, la erosión de la igualdad de los españoles…
Pero fijémonos en dos datos muy importantes: el sujeto de los derechos y el de la soberanía. ¿Está garantizado el derecho a la vida del titular de los derechos? ¿No ha ido habiendo una paulatina y cuasi-sorda modificación de la Constitución por la vía de los hechos sin contar para nada con la nación, supuesto titular de la soberanía?
Creo que desafortunadamente el proyecto del 78 ha fracasado.
- Además de la situación democrática, en el título del libro te refieres a la religión en primer lugar.
- Cuando iba a salir el suplemento Iglesia en libertaddigital.com, Javier Rubio me pidió que escribiera sobre estos temas en él. De modo que el eje en torno al cual giran los temas de este libro es la religión.
Desde esa óptica podía haber hecho varias cosas: centrarme en noticias intra-eclesiales, comentarios al quehacer y doctrina del Papa, etc. Pero preferí orientar las cosas por otro lado.
- ¿Por cuál?
- La religión es algo central en el hombre, es lo fundamental. Quieran o no quieran, hasta los que piden el laicismo a rajatabla, o los indiferentes, deciden en relación a Dios. Quien vive al margen de Dios, aparentemente sin inquietud, no lo hace sin ningún precio; algo se ha dejado en el camino, algo estará acorchado o aislado en su interior, su alegría siempre será limitada.
Pues bien, la religión y la comprensión que se tenga de ella inciden en lo público y la vida social es también un interrogante para el hombre religioso en general y la Iglesia Católica en particular.
- Pero, al ser artículos de periódico, ¿no crees que han podido perder actualidad?
- Aunque las noticias vayan cambiando, lo que hay detrás de ellas tiene una permanencia mayor. Piense, por ejemplo, en la nueva ley sobre libertad religiosa. Esto no viene de la nada, se ha ido fraguando tiempo atrás. Una pequeña distancia nos da mayor perspectiva para ver las cosas, para descubrir lo que queda de aquello que pasa, lo que sigue motivando en cada nuevo acontecimiento. En nuestra cultura, el cambio constante de la actualidad nos lleva a fijar la atención en lo superficial, a perder la memoria de lo permanente y a no darnos cuenta de las corrientes submarinas que mueven el oleaje.
- Lo que sí parece que ha pasado ya es ese suplemento.
- Sí, es una lástima. Aunque, si los lectores lo pidieran, no veo imposible que se consiguiera que al menos un artículo semanal o quincenal sobre religión apareciera. Pero, bueno, esto ya es harina de otro costal.
FICHA TÉCNICA | COMPRA ONLINE | |||
Título: | Religión en una democracia frustrada | Vozdepapel | ||
Autor: | Alfonso García Nuño | |||
Editorial: | Vozdepapel | |||
Páginas: | 222 | |||
Precio | 17 euros | |||