El presidente del Congreso, José Bono, lamentó hoy, en una referencia a Max Weber y su obra «La ética protestante y el espíritu del capitalismo», que España no tuviese «la suerte de los calvinistas y protestantes», confesiones religiosas para las cuales cuando alguien tenía éxito se «les decía que estaban predestinados» mientras que en este país, «el que se predestinaba iba a la hoguera». Añadió que eso sigue ocurriendo «en algunos ámbitos» en los que se sigue acusando a las personas que triunfan en los negocios.
Bono hizo estas declaraciones en medio de la polémica suscitada por su propio patrimonio durante su intervención en el Foro de la Nueva Economía en el que presentó al presidente de Chile, Sebastián Piñera. Destacó la faceta de empresario del dirigente chileno, uno de los hombres de negocios más ricos del país andino, apuntando que «un empresario tiene la virtud de levantarse creando oportunidades».
En este sentido, aseguró que no se puede prescindir de los emprendedores y empresarios que «todos los días se levantan creando oportunidades, creando riquezas, esos emprendedores y empresarios que algunos, por un mal entendido creyeron que así no se salva ninguno».
Asimismo, criticó que en nuestro país enseñaran más «la historia del ojo de la aguja» en alusión al Evangelio de San Mateo que dice que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos.