El Atlético de Madrid inició los festejos del título logrado anoche en la final de la Europa League, ofreciéndole la copa a la Virgen de la Almudena, patrona de la capital, en un acto que tuvo lugar en el Catedral madrileña.
Las campanas de la catedral daban la bienvenida a los campeones, repicando a la llegada y a la salida de la delegación rojiblanca. Una ceremonia que fue oficiada por monseñor Fidel Herraez, obispo auxiliar de Madrid, informa La Razón.
El capitán Antonio López, que no abandonaba el trofeo en ningún momento, junto al presidente Enrique Cerezo ofrecieron la copa desde el altar mayor de la Europa League, mientras Diego Forlán junto a Simao entregaban un ramo de orquídeas rojas y blancas, colores del Atlético de Madrid.
El momento emotivo llegó cuando el obispo auxiliar de Madrid, que reconoció que era «atlético desde pequeño porque un tal Revilla le contagió la afición», tuvo un recuerdo al fallecido Jesús Gil y Gil. «Hay que acordarse de los que están y de los que no, por eso hoy quiero tener un recuerdo especial para Jesús Gil», apuntó, deseando que «vuelvan la semana que viene».
Los jugadores, cuerpo técnico y la directiva enarbolaban las bufandas rojiblancas en el autobús descapotable, en el que se leía «Campeones el sueño continúa», con un cielo que amenazaba lluvia, pero que permitía a los colchoneros disfrutar del camino.
Tras este acto, la expedición colchonera se dirigió al Ayuntamiento de Madrid, donde fueron recibidos por el alcalde Alberto Ruiz Gallardón en el nuevo patio de cristales del Palacio de Cibeles, que se estrena en esta ocasión.