Este miércoles el Papa Benedicto XVI consagró al Corazón Inmaculado de María a todos los sacerdotes del mundo.
Junto a miles de feligreses, el Papa rezó el acto de consagración en adoración al Santísimo Sacramento, acompañado de presbíteros, religiosos y consagrados reunidos en la iglesia de la Santísima Trinidad del santuario de la Virgen de Fátima.
Aquí la oración de consagración:
Madre Inmaculada,
en este lugar de gracia,
convocados por el amor de tu Hijo Jesús,
Sumo y Eterno Sacerdote, nosotros,
hijos en el Hijo y sacerdotes suyos,
nos consagramos a tu Corazón materno,
para cumplir fielmente la voluntad del Padre.
Somos conscientes de que, sin Jesús,
no podemos hacer nada (cfr. Jn 15,5)
y de que, sólo por Él, con Él y en Él,
seremos instrumentos de salvación para el mundo.
Esposa del Espíritu Santo,
alcánzanos el don inestimable
de la transformación en Cristo.
Por la misma potencia del Espíritu que,
extendiendo su sombra sobre Ti,
te hizo Madre del Salvador,
ayúdanos para que Cristo, tu Hijo,
nazca también en nosotros