En 1967, Francesco Cavicchi, comendador de Treviso, fue con su mujer a San Giovanni Rotondo, donde se encontraron con el padre Pío. Durante su entrevista, al comendador se le cayó el pañuelo, y el santo lo recogió del suelo y se lo devolvió.
Al año siguiente al fraile murió, y en 1969 los Cavicchi volvieron al lugar, y fue entonces cuando descubrieron que el pañuelo tenía una doble impresión, el rostro de Cristo por un lado, y el del padre Pío por otro.
El matrimonio conservó la prenda hasta su fallecimiento, en 2005 él y en 2009 ella, sin darla a conocer, y a la muerte de ambos pasó a ser custodiado por un convento.
Los religiosos no quisieron informar del asunto hasta haber sometido el pañuelo a una prueba científica, y ésta ha llegado ahora.
El profesor Giulio Fanti, catedrático de Mecánica y Termología en la Universidad de Padua y experto en la Sábana Santa de Turín, ha aplicado a la tela de algodón de Cavicchi métodos parecidos a los utilizados para examinar la Sindone, y ha encontrado los mismos resultados: «He examinado si en el pañuelo había alguna huella de color artificial, pero no he encontrado ningún pigmento. Ambos rostros, de tonalidad gris oscuro, están hechos de un "no-color"».
Es más, Fanti afirma que el ojo derecho de Jesús, distinto del correspondiente ojo del padre Pío por el otro lado de la tela, tiene un párpado cortado, una señal similar a la que se aprecia en la Sábana Santa de Turín.
El pañuelo descubierto en Conegliano comienza ahora un recorrido de investigaciones hasta que pueda determinarse con certeza si hay una explicación científica para estos hechos, o es uno más de los hechos extraordinarios vinculados al padre Pío (18871968), beatificado el 2 de mayo de 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002, y quien llevó sobre sí prácticamente toda la vida los estigmas de la Pasión.