El obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez, afirmó hoy que pretender reducir la fe a lo privado es «caricaturizar» el hecho religioso y que la negación de Dios refleja una «autosuficiencia ideológica».
Así se pronunció e prelado en su intervención en el Seminario de Historia de España Menéndez Pelayo, organizado por la Universidad CEU San Pablo de Madrid y que en esta edición lleva por título «Presente, pasado y futuro de Cantabria», informa Europa Press.
Según informó el CEU, el obispo insistió en la importancia de que el ejercicio de la libertad se funde en el conocimiento de la verdad. «La conciencia es un ojo que necesita la luz de la verdad», proclamó al respecto, y en este sentido instó a evitar «cualquier libertad superficial que no profundice en el hombre y el mundo».
En esta conexión entre libertad y verdad radica la actualidad de la presencia de Cristo y su mensaje. «Dos milenios después, Cristo vuelve a aparecer hoy como el que trae al hombre la libertad basada en la verdad». Según el obispo, la gracia es la raíz de la auténtica libertad, y por eso causa perplejidad que el hombre «rechace lo único que puede liberarle». La negación de Dios, añadió, refleja una «autosuficiencia ideológica». Así, el hombre termina encerrado en una jaula, «aunque sea de oro», por convertir «lo penúltimo en último y los medios en fines».
Asimismo, Jiménez Zamora reivindicó el papel de la religión en la conformación de esa verdad única e integradora. «Los que proponen excluir a lo divino de la universalidad de la razón, impiden el diálogo de culturas que tanto proponen», aseveró.
La libertad religiosa se revela así como uno de los derechos más elementales. Ante él, la obligación del Estado «no es ser neutral, sino crear todas las condiciones para que sea efectivo su ejercicio», dijo. Esto supone que se acepte la presencia pública y en la sociedad civil de las manifestaciones religiosas. «La libertad religiosa traspasa el horizonte de lo íntimo de la práctica del culto», subrayó.
En esta lógica, para el obispo la pretensión «laicista» de reducir la fe a lo privado supone «caricaturizar» el hecho religioso. Además, estas actitudes comportan, según su opinión, «una injerencia en el derecho de las personas a vivir su religión como deseen o como ésta se lo demande».
Por ello, Jiménez Zamora no considera un síntoma de una «sana laicidad» el negar a la comunidad cristiana la capacidad para pronunciarse sobre cuestiones morales que afectan a la sociedad en su conjunto. No se trata de interferir en la actividad legislativa, sino de «defender los grandes valores morales, que, antes que cristianos, son incluso humanos», precisó.
El Seminario «Presente, pasado y futuro de Cantabria» continúa, hasta el viernes 30 de abril, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo.
Mañana, el jueves, 29 de abril, el director del Instituto para Investigaciones prehistóricas, Joaquín González Echegaray, hablará de «Cantabria en la Edad Antigua» y el catedrático de historia contemporánea de la Universidad de Cantabria, Germán Rueda Hernán, profundizará sobre la comunidad autónoma en la actualidad.