En 2009, el Programa de Empleo de Cáritas atendió en toda España un total 95.695 personas, de las que más de 14.576 consiguieron acceder a un puesto de trabajo, a pesar del impacto de la crisis. Dentro de este Programa, al que se destinaron unos recursos por valor de 24 millones de euros, se impartieron también a lo largo del último año casi 900 cursos y talleres de formación laboral, en el que participaron 16.000 alumnos, y se pusieron en marcha 21 empresas de economía social, que han generado cerca de 500 empleos directos.
 
Estos son algunos de los datos de la Memoria de Empleo 2009 de Cáritas, que se ha presentado esta mañana en Madrid, en un acto informativo que ha contado con la presencia de Sebastián Mora, secretario general de la institución, y de Ana López Iniesta, coordinadora de Acción Social de Cáritas Diocesana de Albacete.
 
«Mujer, inmigrante, joven y con estudios básicos». Este es el perfil mayoritario descrito por Sebastián Mora para resumir los datos de los usuarios del Programa de Empleo que se recogen en la Memoria y que confirman que casi el 75 por ciento de las personas atendidas por Cáritas en este apartado de su actividad son inmigrantes (de ellos, casi el 63 por ciento proceden de países extracomunitarios) y casi el 61 por ciento mujeres (ante un 39 por ciento de hombres).
 
En cuanto a tramos de edad, el 35 por ciento de las personas atendidas tienen entre 25 y 35 años, y otro 31 por ciento entre 36 y 45 años; es decir, el 76 por ciento de los usuarios del Programa de Empleo de Cáritas tiene entre 25 y 45 años.
 
Por niveles formativos, casi el 75 por ciento tiene estudios básicos, el 17 por ciento estudios secundarios, el 5 por ciento han cursado bachillerato o formación profesional, mientras que el 1,3 por ciento son universitarios.
 
Sebastián Mora, que se refirió a los más de 30 años de andadura de los Programas de Empleo de Cáritas (que surgieron como programas contra el paro), señaló «la apuesta de Cáritas por una intervención social que contribuya a la reducción del desempleo». «La gravedad de la situación socioeconómica actual nos ha llevado a tener que redoblar nuestros esfuerzos y continuar trabajando con empeño para lograr nuestro objetivo», explicó, además de recordar que la prioridad del trabajo de la entidad en este ámbito es «apoyar a aquellos que tienen más dificultades para encontrar y mantener un empleo».
 
Con ese objetivo, dentro del Programa de Empleo de Cáritas se han desarrollado estrategias y metodologías adaptadas a las personas, de acuerdo a un modelo de inserción laboral de Cáritas -que explicó Ana López, desde su rica experiencia diocesana de Cáritas Albacete-, basado en la participación de personas como protagonistas de sus propias vidas, en el que los principales ejes de intervención son los servicios de acogida y orientación laboral, los programas de formación para el empleo, el trabajo de intermediación laboral y la generación de empleo social o del denominado «empleo de inserción».
 
Para ilustrar la diversidad de la labor que lleva a cabo la Confederación Cáritas en todo el país en este campo, junto con la Memoria de Empleo 2009, este año se ha editado también el cuaderno «Cáritas y el empleo. Experiencias significativas», en el que se recogen en detalle cerca de 60 buenas prácticas de formación, orientación laboral y generación de empresas de economía social. Con esta publicación se pone de manifiesto, como aseguró en la rueda de prensa el secretario general, que «Cáritas no sólo da de comer al que tiene hambre, sino que acompaña a estas personas y genera itinerarios formativos para abrirles horizontes de dignidad».
 
La Memoria de Empleo 2009 de Cáritas no sólo recoge los datos de la actividad desarrollada en el último año, sino que incorpora también un capítulo final de propuestas a las Administraciones para favorecer la incorporación al mercado laboral de las personas más desfavorecidas y menos cualificadas.
Estas propuestas pueden resumirse en cuatro grandes bloques: la puesta en marcha de programas reales y efectivos para estimular el empleo juvenil, que permitan atajar la especial sangría que la destrucción de empleo está generando en los jóvenes; el desarrollo de cláusulas sociales para apoyar proyectos de inserción laboral; la derogación del real decreto 1424/85 sobre trabajo doméstico para avanzar en la dignificación del empleo en este sector; y el apoyo a procesos de inclusión laboral para los colectivos en situación social más precaria.
 
En el desarrollo del Programa de Empleo de Cáritas juega un papel primordial el Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación del Fondo Social Europeo, de cuyos fondos para el período 2007-2013 es finalista nuestra institución junto a otras entidades españolas. Este apoyo –sobre el que Sebastián Mora, dada la incidencia de la precariedad social en las personas más vulnerables, expresó su esperanza en que se renueve tras 2013— se suma al de otras instituciones públicas y al de numerosos donantes privados. Los recursos económicos con que cuenta actualmente el Programa de Empleo de Cáritas proceden, prácticamente en porcentajes similares (50-50 por ciento), tanto de subvenciones públicas como de donaciones particulares.