El cardenal Antonio Cañizares Llovera, queinauguró ayer el III Congreso Internacional de Enseñanza y Educación Católica para el siglo XXI de la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» (UCV), ha descrito la situación actual como «tiempos de indigencia», en los que frente a «la crisis de sentido y de verdad», la escuela católica «no puede ser neutral, tiene que ir contracorriente ya que todo lo que está en su fundamento no es lo que se lleva, no es lo que está, ni siquiera en las mismas legislaciones».
El peor mal de la sociedad actual, según el purpurado, es «no saber ya qué es moralmente bueno y moralmente válido».
También ha llamado a la autocrítica porque, «hemos de reconocer que en la escuela católica no hemos sabido presentar una alternativa y es necesario hacerlo porque la escuela católica tiene una visión del hombre y la mujer nuevos, en la que está el futuro y la esperanza».
A este respecto, el cardenal Cañizares ha invitado a hacer «examen de conciencia» ante el hecho de que el 30 por ciento de la sociedad española haya sido educada en la escuela católica y «no tenga una incidencia ante todo lo que está sucediendo en nuestra sociedad». Ese porcentaje, «debería contribuir a que nuestra cultura no sea la cultura de la muerte y la cultura relativista, sino la cultura del Amor y la Verdad que nos hace libres».
El Cardenal ha subrayado, al analizar el actual momento educativo, que «no se puede educar en una sociedad que admite el aborto; no se puede educar si se están dictando leyes en contra de la familia; no se puede educar con una televisión como la que tenemos en estos momentos donde se difunde una visión del hombre totalmente contraria a la persona humana; ni se puede educar en un sistema social que sea injusto, con los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres; no se puede educar si en España estamos con 17 sistemas educativos por cada una de las autonomías; no puede haber un pacto educativo sino no hay una visión única de la nación».
Durante su intervención, el purpurado valenciano ha constatado el «fracaso» de los sistemas educativos actuales porque «no han respondido suficientemente a la demanda o exigencias de la educación». En concreto, se ha referido a la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza) como «uno de los fracasos más grandes que ha tenido la sociedad española, por ese predominio de la razón instrumental, por no facilitar el ejercicio de la razón para buscar la verdad, y por ahogar, verdaderamente, las preguntas fundamentales del ser humano». De esta manera, «se genera una sociedad, como la que tenemos, acompañada de una cultura envolvente que está quebrando nuestra propia humanidad».
La escuela católica «debe contribuir a esa humanidad nueva en esa síntesis entre razón y fe», según el cardenal Cañizares, que insiste que «en el centro de la concepción cristiana de la escuela católica está Jesucristo, su mensaje de salvación».
En esta situación, la escuela católica no deber ser sólo «enseñanza de valores» sino también del «arte de vivir» que está en la base de la evangelización.
«No hay que tener miedo a ser libres, porque la escuela católica tiene la vocación de transformar la sociedad», ha añadido el Cardenal que ha invitado a la «coherencia» de los maestros, porque «no son sólo enseñantes, sino testigos de lo que queremos ofrecer, el arte de vivir, la humanidad nueva». A este respecto, les ha recordado la importancia de que «Jesucristo y la fe no sea un apósito, un añadido, algo complementario de nuestra existencia profesional, sino nuestro ser sustantivo de maestros que están en la escuela para evangelizar, lo que reclama una formación del profesorado de una manera muy concreta».
Al mismo tiempo ha asegurado que es fundamental en la escuela católica que la fe y la razón «no anden separadas».
El purpurado ha pronunciado una conferencia titulada «La educación católica: futuro y esperanza», con la que ha inaugurado el III Congreso de Educación Católica de la UCV, en el Centro Cultural Bancaja, ubicado en la plaza Tetuán, 23, de Valencia. En el acto de apertura han participado, igualmente, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, acompañado del rector de la UCV, José Alfredo Peris, el director del Congreso, José Ignacio Prats, y el subsecretario de la consejería de Educación, Mariano Vivancos.
Las sesiones del congreso se desarrollará hasta el próximo miércoles bajo el lema «La infancia, profecía de la vida», según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la UCV, informa SIC.
Abordarán la infancia «como una etapa especialmente significativa del ciclo vital y base de la construcción de la persona» y, al mismo tiempo, «como objeto prioritario de la actual “emergencia educativa” expresada por Benedicto XVI, que pasa, en primer lugar, por la educación familiar y los maestros y pedagogos que intervienen en los años de formación que corresponden a la infancia».