Finalmente se produjo en Malta el encuentro de Benedicto XVI con un grupo de víctimas de aquel país, algo que se había comentado con insistencia en las jornadas previas al viaje, pero que no había tenido confirmación hasta el último momento. Las informaciones sobre la reunión hablan de una profunda emoción del pontífice ante la expresividad de los testimonios.
Las víctimas fueron avisadas este domingo por la mañana de que el Papa las recibiría por la tarde, algo sobre lo que se había venido especulando en las últimas fechas, pero que no terminaba de concretarse.
El encuentro de Benedicto XVI con un pequeño grupo de personas que padecieron abusos sexuales a manos de sacerdotes se produjo en la Nunciatura Apostólica de Malta, y posteriormente la Oficina de Información de la Santa Sede emitió un comunicado en el que se recoge el compromiso oficial de la Iglesia de llevar a los tribunales a los responsables de los casos que se conozcan: «El Papa les aseguró que la Iglesia hace y continuará haciendo todo lo que esté en su poder para investigar las acusaciones, llevar ante la justicia a los responsables de abusos y tomar las medidas necesarias para salvaguardar a los niños en el futuro.»
Según declaró después una de las víctimas que se entrevistaron con el Papa, Joseph Magro, de 38 años, «todo el mundo estaba llorando»: «Le dije que mi nombre era Joseph, y tenía lágrimas en los ojos.» El Papa rezó con ellos visiblemente conmocionado y escuchó sus casos durante los 35 minutos que duró la reunión.
«Estoy muy orgulloso de que hayas venido a contar tu historia», le dijo a cada uno de ellos, según otro de los presentes, Lawrence Grech, quien trasladó a los medios sus sensaciones sobre lo vivido: «Fue algo extraordinario.»