«Los periódicos propios de la Editorial Católica realizaron una muy positiva y moderada labor educativa, muy preocupados por ir superando las diferencias que tantas veces habían enfrentado a los españoles; y ese comportamiento de la prensa que pudiéramos calificar, genéricamente, de inspiración cristiana, fue esencial en el advenimiento pacífico de la democracia», ha afirmado el ex director de Ya, y de la Agencia Logos, Rafael González, en las V Jornadas «Prensa e Iglesia en la España contemporánea», organizadas por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo.
El ponente ha realizado un recorrido, por una parte, por los periódicos que han formado parte de la Editorial Católica (EDICA), fundada en noviembre de 1912 por Ángel Herrera Oria, y «que se complementaba con la Agencia Logos, la Biblioteca de Autores Cristianos, y en sus buenos años, los años cincuenta y sesenta, La Editorial Rioduero, y las revistas «Letras», «Criterio» y la infantil «Jeromín». Por otra parte, ha hablado de la Agencia Logos, «primera agencia que instaló el teletipo para la transmisión de sus informaciones, sus fuentes eran los 250 colaboradores de El Debate, la información política del periódico y la información internacional facilitada por la agencia Fabra, filial de Havas; la alta credibilidad que tenía así como los excelentes colaboradores».
Aún así, ha tenido épocas mejores y peores. Así, ha explicado que «antes de la Guerra Civil Logos prestaba servicio a cuarenta periódicos por línea telefónica (casi todos mediante el teletipo y otros mediante el tradicional procedimiento de “cantar conferencias” y diez por línea telegráfica». Pero este acontecimiento histórico «lo trastornó todo ya que algunos de los redactores murieron en el campo de batalla». Además, ha reseñado que en el año 1976, por ejemplo, de la información publicada en diversos periódicos, «de un total de 267 noticias nacionales, internacionales, económicas, etc, el 46.44% eran de Logos».
También trató los periódicos afines en tercer lugar, así como el desmembramiento de EDICA. Y mencionó que fue Ángel Herrera Oria, fundador de El Debate y La Editorial Católica «quien introdujo en España, y no sólo en los periódicos católicos, la modernidad de la prensa, adquiriendo de Inglaterra y de los Estados Unidos el estilo y técnicas periodísticas, la aplicación de los géneros periodísticos y el tratamiento informativo de los hechos, de manera ágil y son condicionamientos, de manera tal que un periódico, aunque fuese católico, tenía que ser primero antes que nada, un periódico. Ese era el sustantivo; y luego, como adjetivo, se le añadiría a su condición de católico, pero nunca al revés».
De esta misma impresión es el catedrático emérito de periodismo, Enrique Aguinaga, que en su subsiguiente ponencia,ha afirmado que a Herrera Oria le debemos «que trajera a España la escuela Pullitzer de Nueva York».
Aguinaga ha repasado en su intervención los lazos de «ardoroso desamor» que, en su condición de periodista del diario «Arriba», mantuvo con los periodistas de EDICA. En esta dialéctica entre el pensamiento «joseantoniano» y el catolicismo de El Debate y EDICA, Aguinaga considera que ambas partes pueden vincularse por la «idea de la tercera España», los dos, ha recalcado, declaraban no querer ser «ni de izquierdas ni de derechas».
En un análisis «desde fuera» de la trayectoria de la Editorial Católica, el actual cronista oficial de la Villa de Madrid ha situado en la venta de las acciones de la Conferencia Episcopal, el «comienzo de la crisis del Diario Ya». A partir de ahí, con la «pérdida del componente confesional», se inicia un lento languidecer con el que aprecia similitudes con el caso de la desaparición de «Arriba»: «La muerte de un gran periódico es la de un toro que aguanta siete descabellos».
Para concluir, y con la vista puesta en el futuro desde el recuerdo de lo que significó EDICA, Aguinaga ha dejado, a modo de interpelación a la audiencia, la siguiente pregunta: «¿No habrá llegado la hora de volver a editar El Debate con todas sus consecuencias?».