España se sitúa a la cabeza de los países de Europa que más contribuyen al «invierno demográfico» que padece, cuya principal causa es el aborto. Así, cada año se suprimen en Europa debido al aborto, el equivalente a la suma de las poblaciones de Luxemburgo y Malta, alrededor de 1,2 millones de vidas.

En esta situación, en la que uno de cada cinco embarazos acaban en aborto en el Viejo Continente y se producen 176.000 adolescentes embarazadas recurren a esta práctica al año, España se situa en una posición «mucho más preocupante», a juicio del presidente del Instituto de Polítcia Familiar, Eduardo Hertfelder por una doble causa.

En primer lugar, mientras en países de nuestro entorno se ha reducido el número de abortos, España ha experimentado un incremento del 126% entre 1997 y 2007, desde los 49.578 casos a los 112.138. El segundo motivo que agrava el análisis sobre España, es el proyecto de reforma de la ley del aborto impulsado por el Gobierno, que, a juicio del IPF, va a incrementar aún más el número de eliminaciones de vidas en estado embrionario.