Juan García es de Madrid, España, tiene 38 años. Michael Amari es de San Antonio, Texas, Estados Unidos, tiene 36 años. Nicola Ayelo es de Napolés, Italia, tiene 28 años. Los tres tienen algo en común: por distintos motivos se vieron sumergidos en las tinieblas de la adicción a las drogas y acudieron a la Comunidad Cenáculo, fundada por la religiosa Elvira Pettrozzi en 1983, para recuperarse.
 
Joan García era incapaz de afrontar su problema hasta que entró en comunidad. Vivía haciéndose el fuerte cuando lo que gritaba con su actitud era que precisaba amor. Nicola Ayelo se asustó cuando padeció una sobredosis de la que se pudo recuperar porque su hermano lo encontró en casa inconsciente.
 
Michael Amari era rico y tenía todo lo material que cualquiera puede soñar, destruyó la familia con sus adicciones y se encontró dos veces apuntándose con una pistola a la cabeza para suicidarse.

Los tres viven en la casa de Lourdes en Francia de la Comunidad Cenáculo donde la oración, la amistad, el trabajo, la revisión de vida y un encuentro personal con el Señor les han restaurado emocionalmente, físicamente, espiritualmente y como personas, según informa Gloria TV.
 
Gregory Aguado es de Valencia, España, tiene 23 años, y jamás se ha drogado ni ha padecido ninguna adicción, pero también lleva un año en la misma casa del Cenáculo en Lourdes con sus compañeros. Gregory decidió pedir ayuda a la comunidad porque nunca había aceptado ser un niño adoptado, llevó una doble vida y cayó en un profundo estado de tristeza y desesperación.
 
En la Comunidad Cenáculo ha encontrado el amor de Dios, de sus compañeros y ha podido empezarse a amar así mismo y a los demás con autenticidad. Cualquier persona que padezca problemas de tristeza y desesperación puede pedir ayuda para afrontar sus problemas viviendo en la Comunidad Cenáculo.
 
En se puede ver a los cuatro jóvenes dando testimonio de como el Señor les ha recuperado y conocer como funciona la Comunidad Cenáculo y que debe hacerse para poder acceder a hacer una experiencia en ella.
 
La grabación del vídeo fue realizada el pasado 23 de marzo en el monasterio de Sant Cugat del Vallés (Cataluña, España), en un acto de presentación de la Comunidad Cenáculo ante la próxima apertura de una casa en la Diócesis de Terrassa.