La historia arranca en 1927, cuando el príncipe polaco Jan Drucko-Lubecki cedió al sacerdote Maximiliano Mª. Kolbe un terreno a 40 kilómetros de Varsovia. En ese lugar, Kolbe fundó una ciudad a la que bautizó  Niepokalanow, que significa «Ciudad de la Inmaculada».

A los pocos años de establecerse, y tras levantar una basílica y un monasterio, la «Ciudad de la Inmaculada» contaba con 13 sacerdotes, 18 novicios, 527 hermanos legos, 122 seminaristas menores y 82 candidatos al sacerdocio. En total, 762 habitantes que además de orar y desarrollar las labores monacales, ejercían otras profesiones. Entre ellas, las de mecánico, albañil, sastre, impresor, jardinero o bombero.

Entre las construcciones levantadas en «La Ciudad de la Inmaculada» se encontraba un edificio que albergaba una editorial. En ella, los frailes editaron una publicación llamada «El Caballero de la Inmaculada». La víspera de la inauguración del periódico, Kolbe reunió a redactores, colaboradores y operarios –en total 327 personas– para pasar ese día en ayuno y oración. Esa misma noche se organizó una vigilia de adoración al Santísimo para que bendijera el nuevo proyecto.


Casi la totalidad de los edificios de Niepokalanow eran de madera. Ello les hacía muy vulnerables ante un posible incendio. Es por eso que, en 1928, Kolbe reunió y dijo a los frailes que «esto lo hemos recibido de la gente, no es nuestro. Todos los edificios y la editorial pertenecen a la sociedad, por lo que tenemos que asegurarnos de que no se destruya».
Pronto se pusieron manos a la obra y organizaron una guardia contra incendios. Compraron barriles, palas, extintores y escaleras para estar preparados. El cuerpo de Bomberos quedó oficialmente creado en 1931, y a él se unieron 50 frailes. Pero su campo de acción no se limitaba a proteger la «Ciudad de la Inmaculada», sino también las localidades cercanas.

En los años 70, después de que uno de los frailes sufriera quemaduras, optaron por vestirse con trajes de bombero para ir a atender los fuegos. Obtuvieron un vehículo apropiado hacia los años 90 para atender incendios, desastres naturales y accidentes de tráfico. Hoy poseen modernos vehículos y herramientas cedidos por las administraciones, instituciones sociales o donaciones privadas. Además, asisten a ejercicios prácticos y a charlas formativas organizadas por la Guardia estatal de bomberos de Polonia. Es uno de los cuerpos de Bomberos más importantes del país, y cuenta en sus filas con 14 miembros que ofrecen un servicio durante 24 horas al día.