(VERITAS) Recién llegado de Sidney, donde participó en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) junto al Santo Padre, el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, inauguró en la mañana de ayer, lunes 21 de julio, el Curso de verano de la Universidad Rey Juan Carlos: “Ser cristiano en una sociedad secularizada”. Después de una conferencia sobre “El laicismo” como “desafío a la sociedad y a la Iglesia”, el cardenal atendió a los periodistas y respondió a diversas cuestiones de actualidad. El cardenal valoró la JMJ en Sidney y comentó entre otras cosas que el Papa dijo “cosas muy sencillas, enormemente sencillas, enormemente concretas, que todo el mundo puede entender, pero que son las claves realmente del futuro de la sociedad, y de la humanidad”. Respecto a Madrid, cómo próxima sede de las JMJ, el purpurado afirmó que “es un acontecimiento que gozosamente hemos recibido todos” y se mostró despreocupado de que el encuentro coincida con el final de la actual Legislatura: “Eso no cambia las cosas, la Iglesia no está al aire de los vaivenes políticos o de los acontecimientos políticos (…) La Iglesia en el 2011, o en el 2015, o en cualquier año que sea, va a decir lo mismo: “no tengo poder, no quiero poder, no quiero dominar conciencias, sino simplemente quiero ofrecer lo que tengo, y lo que tengo es Jesucristo, y en el nombre de Jesucristo le dice a la humanidad: “ponte en camino, porque es donde tienes verdadero futuro””. El arzobispo de Toledo expresó su convicción de que “la Iglesia en España no es una iglesia acomplejada, una Iglesia que se retraiga, sino que es una Iglesia que tiene vida, y creo que el encuentro mundial de la juventud va a hacer que emerja toda esa vida que está dentro de la Iglesia y que constituye toda una historia multisecular”. Al margen de Sidney, el cardenal se pronunció sobre otras cuestiones como la la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, y aunque consideró “espléndida” a la actual ley y destacó que las confesiones religiosas no consideran “necesaria” una revisión, añadió sin embargo que “puesto que han pasado ya bastantes años y hay una nueva realidad social, de mayor presencia de miembros de otras religiones, puede aconsejar que haya una actualización”. “Por lo que respecta a la Iglesia Católica, toda Ley de Libertad Religiosa tendrá que tener en cuenta que hay unas relaciones que se rigen –precisamente por exigencias de la Constitución- por unos Acuerdos con la Santa Sede”, subrayó.