La multitud ovacionó de pie al arzobispo en la Catedral de San Patricio y aplaudió por 20 minutos, después que éste leyó un comunicado en el que decía que el Papa «es el líder en purificación, reforma y renovación que la iglesia tanto necesita».
 
Aún así, Dolan admitió que las denuncias de abuso de menores por algunos sacerdotes en Irlanda y Alemania e incidentes similares ocurridos en Wisconsin «nos han golpeado hasta dejarnos de rodillas una vez más» y tendieron una sombra sobre la Semana Santa.
 
El líder de la segunda diócesis más grande de Estados Unidos pidió a los feligreses de Manhattan que rezaran por el pontífice, informa Ap.
 
«Cada vez que esta atrocidad, este pecado horrendo, este crimen nauseabundo es denunciado, como debe ser, las víctimas y sus familiares reciben nuevas heridas, la gran mayoría de sacerdotes fieles bajan sus cabezas avergonzados de nuevo y católicos sinceros como ustedes experimentan otra dosis de conmoción, pena e incluso rabia», señaló Dolan.