En una catedral abarrotada de fieles y tras hacer referencia a la emotiva procesión de las Palmas que se desarrolló desde el convento de la Encarnación hasta la catedral de la Almudena, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, hizo referencia durante su homilía a la Pasión de Cristo y recordó que el Señor viene al mundo para ofrecer al hombre la donación de su vida y el triunfo de la Resurrección y el perdón de los pecados. «Cuando Jesús sube a Jerusalén sabía que iba a ser crucificado y sabía del triunfo de la Resurrección. Él es el Mesías de Dios, hijo de Dios mismo», recordó.
El arzobispo de Madrid destacó que «nosotros hemos sido iniciados en la Pasión del Señor, sabemos cómo es Él y cómo salva al hombre y en qué consiste el triunfo de Dios y del hombre», por eso, «tenemos que estar dispuestos a asumir la Cruz de Cristo», afirmó.
Así, el cardenal Rouco señaló que «lo que vale en la vida es sentirse amados y perdonados por Dios y que la misericordia llegue al corazón de todos los hijos de Dios».
En referencia a la lectura del Evangelio de San Mateo y el relato pleno de la Pasión hasta el momento de la sepultura, el arzobispo de Madrid afirmó que el triunfo de Jesús es evidente y que el Domingo de Ramos, una vez más, en esta Semana Santa 2010, la Iglesia quiere que se viva en el corazón la liturgia y la Pasión del Señor, entender su obra de salvación, según recoge Análisis Digital.
En este 2010 con tantos abatidos por muchas razones, dijo el cardenal, la Iglesia recuerda que ella también participa en el abatimiento. El cardenal Rouco señaló que «la felicidad pasa por la Pasión de Cristo».
Tras estas palabras hizo alusión a la próxima Jornada Mundial de la Juventud 2011 que se celebrará en Madrid y dijo que en este día también se celebra la atención y el gozo de las nuevas generaciones. Así destacó la gran espiritualidad de los jóvenes que han acompañado a Jesús hasta el calvario portando la cruz por las calles de Madrid con la peregrinación de la cruz durante todo este curso.
El arzobispo de Madrid dijo que esta actitud es una experiencia fundamental del acercamiento al Señor y de la esperanza de cara al futuro.
El cardenal se refirió al próximo Vía Crucis, el miércoles, en la que los jóvenes de las Fuerzas Armadas portarán la Cruz para entregársela a los jóvenes de la diócesis de Getafe. La carta de Juan Pablo II a los jóvenes fue recordada especialmente por el cardenal Rouco.
El cardenal Rouco recordó que el amor y la misericordia de Dios salvó el mundo y que Cristo vence la muerte y nos lleva a la Gloria del Padre. «Toda Pascua es avanzar en la vida eterna».
Finalmente pidió «a la Virgen-que fue la que mejor entendió y participó en el Misterio del Hijo- que nos ayude a acogerlo en nuestras vidas con caridad y que vivamos la Pasión de Cristo como un paso para la gloria definitiva del Señor y también pidió por todos los niños, jóvenes de Madrid, de España y del mundo entero, para que acercándonos a Cristo venzamos el abatimiento nuestro y de nuestros hermanos».