En una entrevista concedida al diario La Gaceta,del Grupo Interecomonía, el actual Arzobispo de Barcelona, cardenal Lluís Martínez Sistach, considera que “hay una preocupación en mi pueblo por el Estatut” pero “yo soy tan pastor de Jordi Pujol como de Alberto Fernández Díaz”, aclara. Sistach cree en las opciones libres y, cuando se le pregunta por este Estatut que estudia el Tribunal Constitucional, menciona que contiene puntos “que van contra la doctrina social católica”.
Vuelve a hablar de calumnias: “Yo bendije a los políticos de mi pueblo, pero nunca he bendecido un Estatut concreto. Quien haya dicho lo contrario no dice la verdad".
“Tenemos derecho a la buena fama. Y somos calumniados”, explica. De hecho, su eminencia se siente, de alguna forma “mártir... Y la sangre de los mártires, la sangre de estas calumnias, traerá semilla de cristianos”.
“El templo de la Sagrada Familia estará a punto para su consagración”, aclara el cardenal, de cara al próximo viaje del Papa a Barcelona en noviembre. “Este mes de mayo se cubrirá la nave central que es la que falta y el magnífico interior del templo se podrá dedicar ya al culto litúrgico”, explica orgulloso.
“Hemos de dar gracias a Dios, pues la Sagrada Familia se empezó a construir en el año 1881 y después del laborioso proceso de construcción se consagrará transcurridos 129 años de su inicio”, aunque el templo se encuentre en situación de peligro durante los próximos meses, consecuencia de las obras del AVE que pasarán por debajo de la Sagrada Familia.
“Es una auténtica lástima que las autoridades decidieran que el tren de alta velocidad pase por la calle Mallorca, a escasos metros de la fachada principal de la Gloria. El AVE debería pasar por otro itinerario que no represente un razonable riesgo para la seguridad de los vecinos, el templo y la Pedrera, también del arquitecto Gaudí. Para el cardenal arzobispo de Barcelona, “un monumento como la Sagrada Familia, que es con la Alhambra el más visitado de España, merece ser tutelado, protegido y ayudado por parte de todos”.
La visita del Papa coincidirá, probablemente, con las elecciones en Cataluña. “No hay ningún deseo de que coincida y en este sentido se ha trabajado. La visita del Santo Padre es pastoral”, aclara, y supone “un reto para todas las diócesis españolas ante la cultura de indiferencia religiosa y laicista” que vivimos en la actualidad.