El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que el uso recreacional de la marihuana o hachís dejará de ser un crimen en el país a partir del 17 de octubre. Será el segundo país del mundo en legalizar esta droga a nivel nacional.

Como respuesta, el Secretario General de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos, Frank Leo, ha declarado que aunque se legalice esta droga, su consumo sigue siendo pecado según la Iglesia.

"La virtud de la templanza, como se explica en el Catecismo de la Iglesia Católica, dispone que evitemos cualquier tipo de exceso: el abuso de la comida, del alcohol y del tabaco o de los fármacos", explicó el obispo Leo a The Catholic Register.

"El Catecismo aclara que el uso de cualquier droga, excepto bajo un principio estrictamente terapéutico, es también una grave ofensa ya que el uso de droga causa un grave daño en la salud y la vida humanas".

También el arzobispo de Ottawa, Terrence Prendergast, advirtió que el uso recreativo de sustancias (marihuana u otras drogas) va ligado a la sensación de "escapar" de las cargas y desafíos de la vida... y eso es un desafío pastoral.

Enseñar templanza y control

"Obispos, sacerdotes catequistas y trabajadores pastorales y de juventud necesitan dar una enseñanza sobre la templanza", indicó el Arzobispo en las lineas guías para los confesores, que deberían ayudarles a asistir a los penitentes con una orientación sabia en esta materia.

El arzobispo lo comparó con la pastoral contra el consumo de pornografía, otra oferta escapista y adictiva.

Prendergast pidió a los padres de familia jugar un papel importante en evitar que los niños lleguen a consumir la droga, igual que deben hacer con el tabaco y el alcohol.

"Nuestros cuerpos son nuestros para usarlos, pero tenemos que rendir cuentas un día al Señor sobre cómo los cuidamos y qué hicimos con ellos", explicó. "¿Es una buena idea hacer uso de una sustancia sabiendo que produce efectos nocivos?¿Es ésta una sabia administración?'".

Ley peligrosa y droga con riesgos

La Conferencia Episcopal de Canadá ya hizo una declaración en 2017 contra la legalización del hachís, considerándola "iniciativa necia" y "potencialmente peligrosa".

"Los riesgos para la salud muy significativos asociados con el uso de cannabis son ampliamente reconocidos, particularmente en los jóvenes", indicó la Conferencia de Obispos.

Estos incluyen:

-un mayor riesgo de ataque cardíaco,
-ataques,
-patologías respiratorias y cancerígenas asociadas con el humo del tabaco
-y la multitud de desórdenes psiquiátricos que incluyen la esquizofrenia

Además, es una "droga de entrada" que facilita el consumo de sustancias aún más nocivas.

La Iglesia, en el Catecismo, condena no solo el consumo sino la producción y el tráfico de estas sustancias, por ser "cooperación directa con el mal, ya que motivan a las personas a prácticas gravemente contrarias a la ley moral", declaró el obispo Leo.