El Gobierno de la Legión de Cristo ha hecho público esta mañana un «Comunicado sobre las presentes circunstancias de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi» que presentan como consecuencia del reconocimiento de que «en ocasiones no hemos podido o sabido salir al paso de todos (los hechos de la vida de Maciel) como hubiera sido necesario y como, de hecho, era nuestro deseo».
En dicho comunicado, la Legión de Cristo asegura que, ante la gravedad de las faltas de Marcial Maciel «no podemos mirar su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal». Además, condena reiteradamente los hechos escandalosos de la vida del fundador de la Legión como «contrarios a los deberes de cristiano, religioso y sacerdote».
En todo caso, la Legión de Cristo considera que «inspirándonos en el ejemplo de Cristo que condena el pecado, pero busca salvar al pecador, y convencidos del significado y la belleza del perdón, encomendamos a nuestro fundador al amor misericordioso de Dios». En el mismo sentido, el comunicado señala que «Dios, en sus misteriosos designios, eligió al P. Maciel como instrumento para fundar la Legión de Cristo y el Movimiento Regnum Christi, y agradecemos a Dios el bien que realizó».
Los dirigentes de la Legión reconocen «profundamente consternados» que Maciel, como concluyó la investigación llevada a cabo por la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el entonces cardenal Ratzinger, cometió actos «de abuso sexual a seminaristas menores» y que, posteriormente, la congregación tuvo conocimiento de que «había tenido una hija en el contexto de una relación prolongada y estable con una mujer y otras conductas graves. Más adelante aparecieron otras dos personas, hermanos entre sí, que afirman ser hijos suyos, fruto de la relación con otra mujer».
El texto, firmado por el director general de la Legión de Cristo, el padre Álvaro Corcuera, junto al vicario general, el padre Luis Garza, los consejeros generales y los directores territoriales de la congregación, asegura que «si hubiese alguna colaboración culpable, actuaremos según los principios de la justicia y la caridad cristianas, responsabilizando de sus hechos a estas personas».
La Legión de Cristo también ha reiterado su petición de perdón «a todas aquellas personas que lo acusaron en el pasado y a quienes no se dio crédito o no se supo escuchar, pues en su momento no podíamos imaginarnos estos comportamientos». Del mismo modo, los dirigentes de la Legión también se disculpan ante «nuestros familiares, amigos, bienhechores y a todas las personas de buena voluntad que hayan sentido que su confianza ha sido herida».
Fruto de esa revisión, y presentando su disposición a acoger «con obediencia filial las indicaciones y recomendaciones del Santo Padre que resulten de la Visita Apostólica» y su compromiso para ponerlas en práctica, los miembros del gobierno de la Legión deCristo se muestran «decididos» a:
- «Seguir buscando la reconciliación y el encuentro con quienes han sufrido,
- hacer la verdad sobre nuestra historia,
- continuar ofreciendo seguridad, sobre todo para menores de edad, en nuestras instituciones y actividades, tanto en ambientes como en procedimientos,
- crecer en un espíritu de servicio desinteresado a la Iglesia y a las personas,
- colaborar mejor con todos los pastores y con otras instituciones dentro de la Iglesia,
- mejorar nuestra comunicación,
- seguir velando por la aplicación de los controles y procedimientos administrativos a todos los niveles y seguir actuando un adecuado rendimiento de cuentas,
- redoblar nuestro empeño en la misión de ofrecer el Evangelio de Jesucristo al mayor número posible de hombres,
- y, sobre todo, buscar la santidad de vida con renovado esfuerzo de la mano de la Iglesia».
Al tiempo que se hacía público el comunicado de la Legión, también ha salido a la luz una carta explicativa de su director general, el padre Álvaro Corcuera, dirigida a los miembros del Regnum Christi y de la Legión, en la que admite que «repasando en particular mi propia actuación, dada la responsabilidad que me corresponde, puedo aegurarles que en todo momento he intentado proceder con la mayor pureza de intención y la máxima prudencia; he pedido diariamente al Espíritu Santo el don de consejo, que como saben, ilumina y perfecciona la virtud de la prudencia» y reconoce que «no soy infalible. No sé si he acertado. Seguramente no en todo».
Además, el padre Corcuera considera que «a pesar de las grandes limitaciones y defectos de los instrumentos, Dios ha guiado nuestra trayectoria en el pasado, y nos seguirá conduciendo en el futuro». Convicción que nace de la actitud de la Virgen María que toma Corcuera como modelo de quien «nunca sucmbió a la tentación de la desconfianza» aunque en su vida «hubo momentos terribles en que el futuro parecía no tener salida».
El padre Corcuera asegura en otro momento de la carta que «ha sido éste un período muy doloroso para todos. Incluso traumático. El repentino desvelarse de algunas facetas de la vida de nuestro fundador que noc orrespondían para nada a lo que nosotros vivimos a su lado, nos tomó a todos de forma totalmente inesperada». Y reitera: «No estábamos preparados para ello. Todos hemos tenido que pasar por un proceso de asimilación gradual, en muchos casos forzosamente lento, requiriendo un acopio inusual de recursos humanos y espirituales».
El director general de la Legión considera además que «una vez leída y asimilada esta página de la vida de la Legión de Cristo y del Regnum Christi, nos toca dar un paso adelante, en lo personal y como institución para cerrar este capítulo de nuestra historia e iniciar uno nuevo».
En ese sentido, señala que están a la espera de las decisiones que se deriven de la visita apostólica realizada en los últimos meses y reiteró su disposición «de plena apertura y acogida dócil y sobrenatural de todo cuanto el Santo Padre juzgará conveniente indicarnos».