El cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito de la congregación para las Causa de los Santos ha salido al paso de las afirmaciones aparecidas en la prensa internacional de que había sido rechazado ese milagro por el Vaticano al tener dudas sobre el mismo. El purpurado ha asegurado que aún no ha sido estudiado el caso concreto de la monja francesa que sufría la enfermedad de parkinson.
Recientemente el diario polaco Rzeczpospolita anunció un retraso de la beatificación de Juan Pablo II debido a que la Comisión médica de la Santa Sede había rechazado la curación milagrosa de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía parkinson por intercesión del Papa Wojtyla. Según el diario, un médico veía «dudas» en el supuesto milagro. Después otros medios aseguraron que la monja había recaído de su enfermedad, lo que fue de nuevo desmentido.
El purpurado portugués manifestó que el iter que se sigue en la Congregación para la Causa de los Santos es que antes de estudiar un supuesto milagro hay que declarar primero a la persona que se quiere beatificar como «venerable», es decir reconocer sus virtudes, ya que en caso contrario sería ilógico estudiar un caso que no iría a ninguna parte.
Una vez que el Papa la declara «venerable», dos médicos estudian el milagro presentado por el Postulador de la causa, «siempre con gran discreción», precisó Saraiva. Si uno de ellos pone objeciones, se pide el parecer a un tercero, informa Efe.
Si al final aprueban que la curación se produjo por causas que la ciencia no puede abordar y tras un periodo para comprobar que de verdad se trata de un milagro y no se presenta de nuevo la enfermedad, el caso pasa a la Comisión Médica vaticana, formada por siete médicos, entre ellos el médico personal del Papa, Patrizio Polisca.
Una vez que esa comisión lo aprueba, el milagro pasa a la Congregación, de la que forman parte 30 cardenales, para su posterior aprobación. Después lo presentan al Papa para que de su visto bueno definitivo. A partir de ese momento, se puede celebrar la beatificación.
El proceso que llevará a Juan Pablo II a los altares se abrió el 28 de junio de 2005 y comenzó en Roma, ciudad en la que murió y de la que fue obispo durante 26 años y medio.
La causa se abrió por deseo de Benedicto XVI, sin esperar a que transcurrieran cinco años de su muerte, como establece el Código de Derecho Canónico y como ocurrió con Madre Teresa de Calcuta. Benedicto XVI oficiará una misa funeral el próximo 29 de marzo en el Vaticano por Juan Pablo II. El Papa Wojtyla falleció el 2 de abril de 2005, pero este año esa fecha cae en Viernes Santo.