El obispo de Novosibirsk, monseñor Joseph Werth, ha bendecido recientemente el monasterio de las Carmelitas Descalzas de la Resurrección de Cristo de esta ciudad, la tercera más grande de Rusia después de Moscú y San Petesburgo, en el transcurso de una solemne celebración que contó con la presencia del Nuncio Apostólico, monseñor Antonio Mennini.
A pesar del frío de Siberia un gran número de invitados abarrotaron la capilla durante la eucaristía que estuvo concelebrada por varios sacerdotes y en la que el Nuncio de Su Santidad, que se trasladó desde Moscú para la ocasión, pronunció la homilía e hizo entrega de la Bendición Apostólica del Papa Benedicto XVI a la comunidad.
Particularmente significativa fue la presencia de dos sacerdotes ortodoxos de la diócesis vecina, que trajeron, como regalo de su obispo a la comunidad, una reliquia de uno de los antiguos padres del monasterio de Kiev-Pechersk que fue colocada en el altar junto a las reliquias de santa Teresa de Jesús y de san Rafael Kalinowski. El monasterio de Kiev-Pechersk es venerado como la cuna del monacato ruso, y el santo monje-diácono, san Martirii, está entre los santos venerados por ambas iglesias católica y ortodoxa.
La presentación de la reliquia en el Carmelo constituyó un hermoso gesto ecuménico, al que Nuncio Mennini aludió en su homilía comparando tanto al Carmelo como a la reliquia con el grano de mostaza, a la vez que rezó por el crecimiento de la unidad entre ambas Iglesias. Además, monseñor Antonio Mennini, recordó que este Carmelo, escondido en medio de Rusia, está dedicado a la oración por esta unidad.