Por su parte, el semanario polaco comentó así la sentencia: «consideramos este juicio injusto y limitador de la libertad de palabra. Una vez más Gość Niedzielny debería pedir perdón por palabras que nunca ha escrito». «Este juicio de la Corte de apelación – escribió – constituye un peligroso precedente por el que los Tribunales, interpretando de modo discrecional el “contexto” y el “mensaje general” de los artículos periodísticos, pueden decidir sobre cómo debe ser la publicística en el ámbito de las elecciones morales y éticas».
 
«Esto comporta no solo una seria limitación de la libertad de palabra, sino también una seria limitación del derecho de los católicos a participar en el debate público», añadió.
 
La situación de Alicja Tysiąc, ciudadana polaca madre de dos hijos nacidos por cesárea y afectada por retinopatía progresiva, comenzó cuando, al darse cuenta de un embarazo, se dirigió a un ginecólogo pidiendo la autorización del aborto a causa de sus problemas con la vista.
 
El ginecólogo excluyó desde el principio cualquier vínculo causal entre el embarazo y un eventual empeoramiento de la miopía, descartando así la posibilidad de abortar, que en Polonia se concede sólo en el caso de violencia carnal, malformación congénita o riesgo para la vida de la madre, que debe ser comprobado por dos especialistas.
 
La mujer se dirigió a continuación a cuatro especialistas (tres oculistas y un segundo ginecólogo) que no vieron en su embarazo un peligro para su vista; sólo un médico general aceptó rellenar el certificado para poner en marcha el procedimiento del aborto.
 
La señora Tysiąc tuvo por tanto al niño con parto por cesárea en noviembre de 2000. Seguidamente tuvo un empeoramiento de la vista y decidió dirigirse a la Corte Europea de los Derechos Humanos.
 
El 20 de marzo de 2007 la Corte Europea de los Derechos Humanos emitió una sentencia de condena hacia el Estado polaco, multándolo con 25.000 euros, por el hecho de que sus leyes nacionales ponen límites a la posibilidad de abortar.
 
Gość Niedzielny publicó artículos sobre la cuestión, que ofendieron a la señora Tysiąc, la cual se dirigió al tribunal local, que el 23 de septiembre de 2009 ordenó al semanario que pidiera públicamente perdón por su «lenguaje de odio» y por la «comparación hecha con los criminales nazis».
 
El semanario católico recurrió la apelación rechazando todas las acusaciones y sosteniendo que no había sido su intención ofender a la señora Tysiąc, sino más bien la de luchar por la tutela de los niños no nacidos. A propósito de esto, el semanario había escrito que «el aborto comporta el asesinato de niños inocentes, y la madre que aborta realiza un homicidio».
 
Mientras tanto, Alicja Tysiąc en Polonia se ha convertido en un icono de la lucha a favor del aborto, hasta el punto de ser apoyada por numerosas representantes de las organizaciones feministas de toda Europa, que vinieron a manifestar su solidaridad ante el tribunal de Katowice.
 
«Este veredicto nos hace ver cómo el lobby pro aborto intenta introducir a escondidas en Polonia el aborto a petición», dijo monseñor Jozef Kloch, portavoz del episcopado polaco, comentando el veredicto de la Corte de apelación.