Lo fusilaron en la Guerra Civil, y lo derribaron con dinamita. Y aunque el actual monumento fue erigido en 1965, el Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles vuelve a amenazar, si no con venirse abajo, sí con sufrir un grave deterioro. El paso del tiempo y las tensiones meteorológicas a las que está expuesto han hecho mella en la imagen del Cristo que corona el centro geográfico de la Península: algunos sillares están alarmantemente agrietados; y otros tantos se han ennegrecido, corrompiendo la piedra, dejando manchas en las manos, el torso y el rostro del monumento; y dañando otras partes del complejo escultórico, como el pedestal, la imagen de la Virgen y las esculturas aledañas. Y eso, por no hablar de las numerosas goteras del techo de la basílica, que convierten el templo en una auténtica cascada, los días de lluvia.

Por eso, las Carmelitas del Cerro han lanzado un S.O.S, y el Obispado de Getafe ha abierto una cuenta corriente para sufragar la reparación del Sagrado Corazón. Una reparación que ya ha acometido un grupo de fieles catalanes -entre ellos un buen número de diputados, senadores, y los dueños de una empresa dedicada a la restauración de monumentos-, que confían en que el dinero (medio millón de euros) llegue a tiempo para concluir las obras antes del 18 de abril, fecha de la beatificación del padre Bernardo de Hoyos, el apóstol español del Sagrado Corazón.

Las obras coincidirán con la limpieza y alcantarillado del recinto, que corre a cargo de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Getafe; aunque las autoridades se han desentendido de la restauración de la imagen sacra. «Aunque el alcalde de Getafe quiere apuntarse el tanto -dicen fuentes cercanas a la empresa restauradora-, el Ayuntamiento no ha dado ni un céntimo». Por eso, la reparación necesita de todos los fieles. Para colaborar, se puede hacer un ingreso en la Cuenta del Banco Popular: 0075-0226-21-0600608520, o por giro postal a: Cerro de los Ángeles, Monasterio de Carmelitas Descalzas, Ctra. de Andalucía, Km 13,500. 28906 Getafe.

Como dicen las propias Carmelitas, «esta ruina material es símbolo del deterioro de la fe de nuestra querida España. Si el Corazón de Jesús es reparado, Él se encargará de restaurar el amor y la fe de todos los católicos españoles».