El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, aseguró ayer en su habitual alocución del domingo en la Cadena COPE que la visita que realizará Benedicto XVI en el mes de noviembre a España, donde viajará Santiago de Compostela y Barcelona, supone «una llamada muy fuerte para que no disminuya el proceso de evangelización».
Mostrando su «inmensa alegría» por la visita del Papa para celebrar como peregrino de la fe el Año Santo Jacobeo, en Santiago de Compostela, y para consagrar la Catedral de la Sagrada Familia, en Barcelona, el cardenal Rouco destacó que el hecho de que venga el Santo Padre a España «ya es un don, una gracia de Dios» y añadió que si lo hace por «motivos peculiares, también tiene su gracia peculiar y refleja un interés del Papa por nuestra historia, de la historia de la Iglesia y del catolicismo en España, y también de su preocupación por temas y problemas de nuestro tiempo, naturalmente tal como los vivimos aquí, en España, pero como se viven en general en Europa y en el mundo».
Refiriéndose a Santiago de Compostela, el cardenal subrayó que «no se puede olvidar» que Santiago en el Año Santo es «una referencia» para recordar las raíces cristianas y católicas de la Iglesia en España, de la cultura, y «de la nación española». Por ello, consideró que «es inconcebible» la historia de España sin esa predicación del primer apóstol que llegó al país, informa SIC.
Por ello, «que el Papa venga y peregrine a Santiago en un Año Santo, en el año 2010, supone una llamada muy fuerte para que el proceso de evangelización, no disminuya en ningún momento, como alma y médula de la acción pastoral de la Iglesia, y como invitación a todos los españoles a recuperar esas raíces cristianas que son las que les pueden dar vida, y pueden traer mucho bien para toda España», apostilló.
Afirmó, también, que el hecho de que la segunda parte de la visita de Benedicto XVI sea a Barcelona para consagrar la nave central del templo de la Sagrada Familia «reafirma la verdad de la pertenencia de fe y de vida, de una fe católica que genera vida, y en este caso una espléndida obra de arte de las más brillantes».
«Pero sobre todo que aliente a los católicos y a la Iglesia en España a poner su mirada en ese bien que es la familia, y que tiene como modelo la familia cristiana», agregó.
«Pero sobre todo que aliente a los católicos y a la Iglesia en España a poner su mirada en ese bien que es la familia, y que tiene como modelo la familia cristiana», agregó.
Por otra parte, el presidente del Episcopado hizo alusión al Día de Hispanoamérica, que la Iglesia celebraba ayer, y destacó que supone «una muestra del recuerdo que une a los muchos sacerdotes, y religiosas y religiosos españoles que desde hace décadas trabajan en Latinoamérica, pero que apuntan a lo que ha sido la historia en la iglesia en España en un momento de su mayor generosidad y de su mayor fecundidad y viveza apostólica: la del descubrimiento de América, la de la evangelización en los siglos XVI, XVII».
En este sentido, recordó las tragedias de Haití y Chile: «Hace escasas semanas hemos vivido la catástrofe del terremoto de Haití. Ahora estamos viviendo también las noticias tan dolorosas que nos llegan de una nación y de un pueblo tan hermano y tan fraternalmente unido a nosotros como es Chile. Pues hacia esa realidad también se proyecta la luz de ese Señor, de ese Cristo, muerto y resucitado, en el cual creemos, por el cual vivimos, y en el cual vivimos, y por el cual vivirán también nuestros pueblos hermanos de América», concluyó.