Por el nivel de los conferenciantes, podemos decir que estamos ante el más importante de los actos celebrados en Extremadura con ocasión de esta conmemoración y, sin duda, se trata de una de las referencias culturales de la ciudad de Cáceres en el presente curso.
Los actos comenzarán a las 10.30 con la lección inaugural a cargo del director del Instituto CEU de Estudios Históricos, Alfonso Bullón de Mendoza, quien centrará la figura de Donoso Cortés en su contexto histórico; a continuación Arnaud Imatz, politólogo e hispanista de París, experto en el pensamiento contrarrevolucionario y en el estudio del nacionalsindicalismo, hablará sobre Donoso como pensador español y europeo. Por la tarde, Domingo González, profesor de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, expondrá las relaciones que René Girard guarda con el extremeño, siendo ambos verdaderos profetas de la devastación moderna. Por último, la conferencia de clausura estará a cargo del profesor de la Universidad Complutense Evaristo Palomar y versará sobre la propuesta de Donoso Cortés en relación con una política europea.
Con esta jornada, la diócesis de Coria-Cáceres, no se queda al margen del universal reconocimiento al pensador extremeño que, como se expresa en el lema de las Jornadas, trató de precisar el lugar del catolicismo en una época en la que se imponía el liberalismo y apuntaba el socialismo. El interés de Donoso para la delegación diocesana de Fe y Cultura, radica en dos razones: la primera, que fue ―antes que nada― un hijo fiel de la Iglesia y su pensamiento maduró al servicio de la reflexión racional sobre el objeto revelado, actividad que es la esencia de la Teología. La segunda, la propia vinculación del intelectual extremeño con esta ciudad de Cáceres a la que llegó por primera vez como estudiante en 1822 para incorporarse al Colegio de San Pedro, inaugurado ese mismo año con la categoría de universidad provincial.
Al abrirse de nuevo este centro en 1829 volvió como catedrático de Literatura a propuesta de Manuel José Quintana y con esta ocasión pronuncia el Discurso de apertura del Colegio de Humanidades de Cáceres (octubre de 1829), uno de los más relevantes momentos de sus inicios intelectuales. El 20 de enero del año siguiente contrae matrimonio en esta ciudad y en su Parroquia de San Juan con Teresa García Carrasco.
A veces se habla de dos etapas claramente separadas en la trayectoria de Donoso, la «liberal» y la «católica» y es cierto que en la década de los cuarenta del siglo XIX hay un proceso que él mismo define con el término «conversión» y que es de naturaleza ante todo religiosa. En julio de 1849 su transformación es total y escribe unas frases que son la mejor definición de lo que significa la religión para un liberal como él lo había sido hasta entonces: «Yo siempre fui creyente en lo más íntimo de mi alma, pero mi fe era estéril, porque ni gobernaba mis pensamientos, ni inspiraba mis discursos, ni guiaba mis acciones».
Ahora, por el contrario, el filósofo ha pasado a ser teólogo, el cristiano teórico empieza a moverse en el terreno de la mística y el hombre de mundo, diplomático en el corazón de la política europea y político brillante, sabe lo que es hacer el bien a los más pobres sin que nadie se entere y usa los cilicios bajo su casaca cortesana. Cuando en junio de 1851 publica el Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo viene a plantear que la doctrina católica es la única solución posible para el bien del hombre seducido por las dos esclavitudes que habrán de ensangrentar la historia contemporánea. Un bien que no podría ser tal si prescinde de la perspectiva sobrenatural, como pretenden liberales y socialistas.
Ahora, por el contrario, el filósofo ha pasado a ser teólogo, el cristiano teórico empieza a moverse en el terreno de la mística y el hombre de mundo, diplomático en el corazón de la política europea y político brillante, sabe lo que es hacer el bien a los más pobres sin que nadie se entere y usa los cilicios bajo su casaca cortesana. Cuando en junio de 1851 publica el Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo viene a plantear que la doctrina católica es la única solución posible para el bien del hombre seducido por las dos esclavitudes que habrán de ensangrentar la historia contemporánea. Un bien que no podría ser tal si prescinde de la perspectiva sobrenatural, como pretenden liberales y socialistas.
Pero la división entre las dos etapas de la vida de Donoso no es tan radical como parece a simple vista o pudiera deducirse de sus compromisos políticos con el naciente Estado liberal. Autores que han estudiado la obra del Marqués de Valdegamas en su conjunto sostienen ―como es el caso de Mª del Carmen de la Montaña Franco en Donoso y la libertad (Cáceres, Universidad de Extremadura, 1996)― que «el germen de sus pensamientos posteriores se encuentra ya en sus primeros escritos y manifestaciones» (p.187) y que «los elementos de continuidad en la obra de Donoso Cortés hay que buscarlos en el terreno del tradicionalismo y no en el liberalismo. La idea que vertebra su pensamiento y en consecuencia su postura política es tradicional y profundamente cristiana».
No resulta necesario encarecer aquí la importancia de conocer el pensamiento de Donoso para entender mejor el mundo que nos rodea e, incluso, la historia contemporánea de España y Europa.