Recurrió a la píldora RU 486, pero, aficionada como es a la red social Twitter, quiso compartir su experiencia en directo con todos sus seguidores. Quienes, como cuenta este sábado el diario italiano L´Avvenire, comenzaron a recibir mensajes inquietantes.
«Ya no veo la hora de que llegue la expulsión. Este inquilino abusivo que ocupa mi útero debe irse» es uno de ellos, que expresa con una insólita sinceridad el desapego de Angie respecto a su hijo, una vez resuelta a eliminarlo. «Me siento infectada», afirma, tras reconocer su irritación por el fallo del dispositivo intrauterino (ya en sí mismo abortivo) que utilizaba.La mujer explica a sus lectores las razones de su acto: «Lo único que quiero es seguir viva, y el mejor modo de hacerlo es abortar». Pero en otro momento, Jackson va más allá de su caso personal y explica que, dando publicidad al aborto, quiere servir de ejemplo para «desdramatizarlo». A su juicio, «no querer estar embarazada» es motivo suficiente para suprimir un embarazo.
Lo que le ha espantado a ella misma, según confesó, y también a los usuarios de Twitter que recibían sus mensajes, es la frialdad con la que contaba lo que estaba experimentando su cuerpo. «Los calambres son cada vez más persistentes» o «ahora estoy sangrando de verdad» fueron expresiones usadas por Angie que causaron gran revuelo.
«Estoy asustada», había advertido antes: «No sé cómo será ni cuánto tiempo estaré mala ni si dispondré de alguna ayuda. Querría tener conmigo una familia.»