Tras la votación sobre la Ley del Aborto en el Senado, el director de la Fundación Vida, Manuel Cruz, lamentó «lo barato que es el kilo de ser humano para los políticos españoles, que han vendido su voto al Gobierno a cambio de tratos de favor para sus regiones». Además, el directivo mostró su repulsa «por el doble rasero de los socialistas con la pena de muerte: Condenan a muerte a miles de inocentes mientras que Zapatero se pronuncia contra la pena capital en Ginebra».
 
Para Manuel Cruz, «este resultado demuestra el fracaso absoluto del sistema político español, que se basa en el mercadeo en lugar de en la búsqueda del bienestar de los ciudadanos. Es aberrante que estemos en manos de comerciantes cuyo voto vale una pista de aeropuerto o cualquier tipo de inversión en su región para mantener su trono en su reino de taifas particular, sea lo que sea la materia sobre la que se va a legislar. Hoy han demostrado además que no les importa que sus ‘tarifas’ estén manchadas de sangre».
 
«Todos los principios de nuestra Constitución han sido vapuleados en esta tramitación. La solidaridad, la generosidad, la defensa de los Derechos Humanos… todo ha sido pisoteado a favor de intereses particulares, tanto políticos como económicos, y donde la gran perdedora es la sociedad española, una vez más ignorada por quienes más deberían escucharla», ha asegurado.
 
Para la Fundación Vida, «lo más lamentable es que quienes han aprobado este genocidio luego dan lecciones de moral. Es del todo inaceptable promover la condena a muerte de miles de inocentes sin juicio previo en tu país y defender el final de la pena de muerte en Ginebra».
 
En un alarde de hipocresía, el presidente del Gobierno español ha asegurado: «Será el éxito de Estados que respeten hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus conciudadanos. Nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano, absolutamente nadie. Trabajemos por esta causa. Me tienen a su disposición». Sin embargo, criticó Manuel Cruz, «en España está a disposición de las feministas radicales y de los empresarios del aborto, a quienes esta ley vendrá muy bien en el futuro y para escapar de las causas algunos de ellos tienen pendientes con la Justicia de este país».