Según una nota del Servicio de Información Religiosa de la Conferencia Episcopal Italiana, el obispo de Kildare y Leighlin (Irlanda), James Moriarty, ha asegurado a sus fieles en el sermón del pasado domingo que su dimisión «va hacia adelante» y que no está cuestionado ni si tendrá lugar, ni cuándo. El prelado se limitó a apuntar que «no será inmediato, pero no irá más allá de la Pascua».
Esta decisión del prelado irlandés tiene lugar después de que la semana pasada Benedicto XVI convocara a los obispos irlandeses para tratar en profundidad el problema de los casos de abusos sexuales que se produjeron durante décadas y que ahora han visto la luz. No es el primer obispo dimisionario por este motivo.
Benedicto en su reciente encuentro, Benedicto XVI «pidió a los obispos que afronten los problemas del pasado con determinación y empeño, y que afronten la actual crisis con honradez y valentía».
«También expresó la esperanza de que este encuentro ayude a unir a los obispos y les permita hablar con una sola voz a la hora de identificar los pasos concretos necesarios para ofrecer consuelo a aquellos que han sufrido abusos, alentándoles en la renovación de su fe en Cristo y restableciendo la credibilidad espiritual y moral de la Iglesia», indicaba una nota de la Sala Stampa.
La publicación de una carta especial dirigida por el Santo Padre a la Iglesia en Irlanda está prevista para mediados de marzo.