Así lo dio a conocer el obispo anglicano David Robarts OAM en declaraciones al diario australiano The Daily Telegraph, esta semana. «Amo mi herencia anglicana, pero no voy a perderla dando este paso», aseguró el obispo.
 
La comunidad Foward in Faith, presente también en Gran Bretaña y Estados Unidos, ha buscado permanecer fiel a la tradición anglicana y ha rechazado algunas modificaciones, entre ellas el ejercicio del ministerio sacerdotal y episcopal de parte de las mujeres y la aprobación de algunos sacerdotes, obispos y líderes anglicanos abiertamente homosexuales.
 
Y en este camino sus fieles, dice el obispo «hemos tratado durante un cuarto de década tener algún tipo de supervisión episcopal pero no la hemos conseguido... Ya no somos realmente queridos, nuestra conciencia no ha sido respetada».
 
Por ello Robarts afirmó que él y sus fieles «vamos seguir este camino porque las puertas se nos han cerrado en la iglesia anglicana de Australia durante un largo período de tiempo».
 
Y fue así como durante una reunión realizada el pasado fin de semana, cerca de 200 miembros votaron de manera unánime por regresar a la plena y visible comunión con la Iglesia católica.
 
Con la publicación de Anglicanorum Coetibus el Papa Benedicto XVI ha introducido una nueva estructura canónica que permite a los fieles ex anglicanos entrar en la plena comunión con la Iglesia católica, conservando al mismo tiempo elementos del patrimonio espiritual y litúrgico anglicano.
 
La figura de los ordinariatos personales, figura canónica de gobierno no ceñida a un territorio, recuerda a la figura de la «prelatura personal» (la única que existe es el Opus Dei), o a los vicariatos castrenses, (diócesis sin territorio en la que un obispo representa la autoridad eclesiástica para los militares o fuerzas del orden católicos y sus familias, independientemente de donde se encuentren).
 
Según el obispo Robarts los miembros de esta comunidad, con la supervisión de monseñor Peter Elliot, obispo auxiliar de Melbourne y con la dirección de la Santa Sede, han comenzado ya con los grupos de trabajo para establecer el primer Ordinariato anglicano que podría servir de prototipo para los Ordinariatos Anglicanos que se formen posteriormente en otras partes del mundo.
 
El obispo David Robarts aclaró en la entrevista con el diario The Daily Telegraph que el paso que pretende dar la comunidad Foward in Faith no es como «quien cambia de muebles». «Simplemente estamos diciendo que hemos sido fieles a lo que los Anglicanos han creído siempre y no queremos cambiar nada de ello, pero nos han marginado debido a quienes quieren introducir algunas “innovaciones”». «Necesitamos tener obispos que crean en lo que nosotros creemos», concluyó Robarts.